Puesta a punto para brillar en el 'Camino' de Las Edades

Desde el pasado enero «entre veinte y treinta piezas» han sido restauradas en estas dependencias de la Fundación, ubicadas en un ala del majestuoso Monasterio de Santa María de Valbuena, en el municipio de San Bernardo (Valladolid). No son las únicas que han pasado por allí y que recalarán a partir del 12 de junio en 'Hospitalitas' -nombre escogido para la XXVII edición de la muestra de arte sacro-. Muchas lo han hecho para una simple «revisión», detalla Silvia Lorenzo, al frente de un equipo formado por una decena de restauradores que estos días trabajan contrarreloj para la puesta a punto tanto en el citado taller como en origen y en destino, ya que la mayoría de las obras que se van a mostrar sólo precisan de «últimos toques»: «Algunas de ellas están colgadas en alto y parece que están estupendas, pero cuando se ven de cerca se encuentras con cosas».

El despliegue del proyecto expositivo -hasta 110 piezas artísticas acogerá La Colegiata de Villafranca y unas 170 se distribuirán entre la Catedral de Santiago y el Monasterio de San Martín Pinario- se nota en el volumen de trabajo respecto a anteriores ediciones. No obstante, el proceso que siguen en el taller siempre es el mismo. Primero, «mirar el estado de conservación» de la obra. Luego, documentarla, hacer un estudio teórico y, a continuación, hacer pruebas de lo que consideran que va necesitando. «Normalmente es una limpieza. En algunas ocasiones hay que actuar sobre el soporte. En otras, este está fenomenal y es la policromía la que precisa de una intervención», detalla.

Nos lo explica mientras se afana en un lienzo con la imagen del apóstol Santiago que procede de la Catedral de Mondoñedo (Lugo), una de las obras en las que ella y su compañera Pilar Bombín llevan más tiempo empleado: «Está fatal. Es el claro ejemplo de una pieza en la que hay que hacer de todo: la tela estaba sucísima por detrás. Ha habido que ponerle bordes, algún parche, hacerle un sentado...». 'La conversión de San Pablo', de la iglesia de mismo nombre en Valladolid, es otro de los lienzos que más trabajo les ha dado en esta edición: «Es grandísimo y tenía bastantes repintes». Aunque tradicionalmente el volumen de escultura a intervenir es mayor, para 'Hospitalitas' ha predominado la pintura sobre tabla y sobre lienzo.

Silvia y Pilar llevan dos décadas trabajando en el taller de Las Edades: «Comencé echando una mano en la edición de Nueva York y ya me quedé», aclara la primera. En ese tiempo, las nuevas tecnologías se han ido incorporando para facilitarles la tarea. Siguen utilizando fundamentalmente el instrumental básico -herramientas de carpintería, bisturí, brochas, algodón...-, pero a él han incorporado cámaras de infrarrojos, luz ultravioleta... y un cómodo sistema de anoxia para eliminar termitas y carcoma inocuo tanto para ellas como para la obra. También han mejorado los disolventes que emplean: «Hace años te debías proteger como podías: mascarillas, ventilación... Ahora se tiene muy en cuenta su toxicidad y se han retirado muchos del mercado».

En ese tiempo, además, han percibido que hay una mayor conciencia adquirida sobre la conservación: «Todavía encontramos obras en las que se han hecho intervenciones no debidas, pero cada vez son menos».

Reversibilidad, estabilidad y discernibilidad son los principios que rigen el trabajo de cualquier restaurador. ¿Qué significan? Básicamente, que la pieza en la que estén trabajando no evolucione a nada y que todo lo que pongan se pueda eliminar en un momento dado. «Trabajamos con moldes y resinas para que sea diferenciable del original». Además, «todo va documentado en el informe de restauración que se entrega al propietario», cuentan Silvia y Pilar, mientras esta última trabaja en una 'Santa Rita' de Luis Salvador Carmona procedente de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, ubicada en el Real Sitio de San Ildefonso (Segovia). En ella ha tenido que eliminar «un repunte muy burdo» y tras limpiarla, tiene pendiente incorporar los dedos que le faltan. De poco más de un metro de altura, es -en opinión de esta restauradora- una de las tallas «más bonitas» que han pasado por sus manos en esta edición.

Esta 'Santa Rita' de Carmona es una de las siete obras que viajarán a 'Hospitalitas' desde la Diócesis de Segovia. Por el momento, se sabe también que desde Palencia partirán otras dieciséis. En Villafranca del Bierzo, será La Colegiata la que acoja el mayor número de piezas, mientras que la iglesia de Santiago ofrecerá al visitante una experiencia inmersiva inédita en la historia de este proyecto cultural. En Santiago de Compostela, gran parte irán al citado Monasterio de San Martín Pinario, mientras que en la catedral se instalarán en la cripta. A las obras procedentes de las diócesis de Galicia y Castilla y León, se sumarán también otras cedidas por museos, galerías y colecciones privadas, e incluso alguna de procedencia extranjera -hay piezas de las catedrales de todo el Camino Francés y de la Ruta de la Plata-.

Entre los autores más relevantes que estarán representados, además del mencionado Luis Salvador Carmona, se encuentran grandes artistas del patrimonio español como Juan de Juni, Bartolomé Esteban Murillo, Gregorio Fernández, Alonso Berruguete o Alejo de Vahía. Cuenta Pilar que a la hora de restaurar suelen tener «menos problemas» con «obra de autor» -la que no es anónima-, no sólo porque «es mejor su hechura y policromía...» sino también porque son artistas «más estudiados». No obstante, siempre tendrán que analizar la pieza a fondo «porque podemos encontrarnos con un Gregorio Fernández que tiene una policromía que puede parecer buena a primera vista, pero rascando te das cuenta que oculta la original», explican mientras señalan a un 'Santiago' del maestro imaginero en el que han trabajado.

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Una edición más, la temática de la magna exposición se ha notado estos meses atrás en los talleres y la imagen del santo patrón de la capital gallega ha sido una de las más repetidas tanto en pintura como en escultura. También «todo lo que tiene que ver con la hospitalidad y el peregrinaje».

La tarea en San Bernardo continuará «hasta los últimos días». No obstante, los restauradoras no pondrán punto y final a su labor cuando la XXVII edición abra sus puertas el 12 de junio. Es habitual que utilicen los días de cierre de la exposición para comprobar el estado de conservación de las obras, la humedad del ambiente o si la luz está bien direccionada. Antes de que esto llegue quedan aún diez días de intenso trabajo tanto en el taller como en las respectivas sedes, que ya acondicionadas esperan la llegada de las obras que 'brillarán en el 'Camino' de Las Edades.