Primeros tanteos en las Cortes

Y visto lo visto, todo apunta a que, al menos de momento, se impone «la cordialidad institucional», una expresión en la que coincidieron el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y el portavoz de Vox y exvicepresidente, Juan García-Gallardo, quien llegó a hablar de «aprecio personal». «La cordialidad nada tiene que ver con la gestión», matizó el primero, después de escuchar al que fuera su numero dos preguntarle por la posición de su Gobierno en torno al aborto, la Agenda 2030 (inmigración y colectivos LGTBi) y la memoria histórica (Pirámide de los Italianos).

El presidente de la Junta respondió en genérico: «Defendemos los mismos principios con los que nos presentamos a las elecciones; los mismos con los que firmamos el acuerdo de Gobierno y los mismos con los que aprobamos los presupuestos de 2023 y 2024», cuando Vox estaba en el Ejecutivo. Unas afirmaciones que García-Gallardo tachó de «palabras vacías y frases huecas» y aprovechó para advertir de que «los principios y votantes de Vox y de muchos votantes del PP van a ser defendidos por este procurador».

Mañueco respondió también con tono sosegado -el que imperó en una sesión que comenzó con el pésame de todos los grupos a la socialista Ana Sánchez, por el fallecimiento de su hermana- para pedir a su exnúmero 2 que «rompa con los despachos que les dirigen desde Madrid» para «volver a la senda de trabajar por Castilla y León». «Será difícil, si optan por las estrategias partidistas marcadas por su formación política en Madrid y tan alejadas de Castilla y León», concluyó Mañueco, que no llegó a utilizar todo el tiempo del que disponía para responder a su excompañero de Gobierno.

Sí lo utilizó con el portavoz del Grupo Socialista, Luis Tudanca, después de que éste arrancase fuerte con su pregunta, que también buscaba conocer los retos de un Ejecutivo autonómico «en minoría, frágil y débil» para lo que queda de legislatura. «En seis años, tres gobiernos diferentes, primero con Ciudadanos, luego con Vox y ahora en minoría; ha convertido esta bancada en un cementerio de exvicepresidentes después de un sainete de traiciones», le espetó el dirigente del PSOE. Después reprochó al presidente de la Junta que «haya sido la extrema derecha la que le ha puesto un cordón sanitario al PP», en alusión a su salida de la Junta, aunque se preguntó si de verdad habían roto ya que, a su juicio, «siguen votando juntos».

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«Tengo las mismas ganas de seguir haciendo cosas por nuestra tierra con la estabilidad política y el diálogo como bases», contestó Mañueco, que insistió en su «mano tendida» a los grupos parlamentarios en busca de acuerdos «tendiendo puentes y no construyendo muros». Precisamente, esa oferta ya tiene una primera fecha el próximo lunes, día para el que ha convocado a los portavoces de todos los grupos parlamentarios en las Cortes con la mirada puesta en los presupuestos de la Comunidad para 2025 que sólo podrán salir adelante si así lo permiten PSOE o Vox. De momento, el procurador de Podemos, Pablo Fernández, ya anunció que no acudirá a la cita. El resto, en principio, lo harán, aunque no con mucha convicción. Luis Tudanca recordó «el rechazo» constante a las enmiendas que su grupo presenta a las cuentas autonómicas y eso pesa. De forma parecida se manifestó el portavoz de Soria ¡Ya!, Ángel Ceña, para quien la oferta de diálogo «sólo busca la foto» y «es puro postureo» porque «no es un negociador fiable».

El pleno de ayer sirvió para que tanto el presidente de la Junta como el consejero de Cultura aclarasen que la Pirámide de los Italianos, declarada Bien de Interés Cultural durante la presencia de Vox en el Ejecutivo, mantendrá esta figura de protección. «Es un procedimiento reglado sometido a la Ley», señaló Mañueco. «No ha cambiado nuestra hoja de ruta y no va a cambiar», aseguró Gonzalo Santonja -precisamente a preguntas de los de Abascal-, que aprovechó para asegurar que «no admito presiones; lealtad sí, sumisión no» y para reconocer que tras la ruptura de Vox con el PP en la Junta «se planteó una cosa que no podía asumir y decidí seguir» con el beneplátito, eso sí, del presidente.