La Pirámide de los Italianos, inaugurada por Franco en Burgos, declarada Bien de Interés Cultural en Castilla y León

El mausoleo fue inaugurado por Franco en 1939, en el término municipal de Valdebezana, para homenajear a los italianos caídos durante la Guerra Civil enviados por Benito Mussolini para combatir en favor del bando sublevado. De hecho, el singular edificio emula el modelo constructivo que en Italia del siglo XX tuvo un enorme desarrollo en los grandes cementerios conmemorativos dedicados a los caídos en distintas guerra.

El paso dado hace un año por el departamento dirigido por Gonzalo Santonja, en manos de Vox, no estuvo exento de polémica. La entonces delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, aseguró que la Ley estatal de Memoria Democrática es «clara» por lo que «cualquier vestigio» que quisiera honrar a los «fascistas y la dictadura» y «todo el daño que produjo en España» no tenía cabida en el marco legal.

Sin embargo, pese a las sucesivas declaraciones de los socialistas en contra de iniciarse el proceso para ser declaración Bien de Interés Cultural, el Gobierno finalmente «no» alegó en su contra durante el periodo que estuvo abierto para recibirlas. De hecho, según detalló Gonzalo Santonja el pasado agosto, una vez concluido este periodo habían recibido cinco escritos, de los que tres se muestran «muy favorables» a que la Pirámide de los Italianos fuera elevado a BIC, otro de un particular en «contra» y uno más que es un «documento» remitido por el Gobierno de España, en concreto desde el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática.

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No obstante, firmado por la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, no se «oponía» a su declaración, sino que pedía que se aclararan «dos cuestiones»: la titularidad del bien, y el destino final al que se dedicaría la Pirámide de los Italianos, extremos que no detalla el acuerdo alcanzado este jueves en Consejo de Gobierno.

En él sí que se recoge que la construcción se trata de un «edificio singular» dentro del patrimonio arquitectónico e histórico de la Comunidad, realizada al estilo italiano en territorio español. Algo que ya defendió Gonzalo Santonja para justificar el paso dado por la Consejería a partir de la petición de un doctor en historia que, en su opinión, llegaba «cargada de argumentos». En este sentido, aludía a tres artículos publicados por el Instituto Sautuola de Cantabria, por la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jordi y por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. «No es un edificio más, sino que atesora virtudes artísticas, históricas y paisajísticas, ya que es el único de la arquitectura del periodo de entreguerras«, argumentaba entonces.