Pérdidas millonarias y críticas de la Junta por la falta de «transparencia» en el «caos»

Los empresarios ven «finiquitado» el debate sobre la nuclear tras el apagón: «Debe seguir»

La Junta de Castilla y León exige al Gobierno «explicaciones» ante el «apagón informativo»

Varios clientes en un bar de Ponferrada, pese a no tener suministro eléctrico ICAL

Isabel Jimeno

VALLADOLID

Poco a poco, a fases, el gran territorio que es Castilla y León volvió a ver ayer literalmente la luz después de estar en algunos puntos cerca de 24 horas sin electricidad ni telefonía. La zona zamorana de Sanabria fue la última en 'reengancharse', ... pese a que la vuelta de la energía había arrancado precisamente por esta provincia y la de Salamanca pasadas las tres de la tarde del lunes. Este 28 de abril difícil de olvidar por el gran apagón que fundió a negro a toda la Península y al unísono a las 12.33 horas. Los más afortunados, aunque no con todo el suministro completo, apenas estuvieron tres horas desconectados, pero la recuperación fue muy paulatina y fueron numerosos los puntos de la Comunidad que pasaron literalmente a oscuras la noche. Caso del noroeste de León, el sur de la provincia de Soria, parte de Ávila o la de Segovia, donde hasta las 3.30 de la madrugada no regresó la iluminación en la capital y en varios pueblos ya habían pasado las ocho de la mañana de ayer cuando la bombilla se encendió de nuevo.

Pero más allá de tener que tirar de linternas o cenar a la luz de velas para alumbrase y obligar a cambiar de hábitos, la primeras cifras de lo que ya ha dejado el gran apagón son pérdidas millonarias que los empresarios todavía están cuantificando, debido tanto a la falta de actividad, al mayor gasto al tener que 'tirar' de otra energía o los productos que se echaron a perder. Grandes empresas como Renault tuvieorn que enviar a sus trabajadores a casa, aunque ayer la actividad regresó a sus plantas de Valladolid y Palencia.

En Noray Sea Food, dedicada desde Medina del Campo (Valladolid) a la producción y comercialización de langostinos frescos y congelados, «afortunadamente» tenían los generadores de combustible a tope e incluso los volvieron a recargar, por lo que el producto no sufrió daños. En esta provincia, CEOE Valladolid ya hizo ayer una primera encuesta entre más de medio millar de empresas en la que el 95 por ciento reconocieron que habían sufrido algún tipo de afectación, aunque la mayoría todavía no pudieron cuantificar las pérdidas. Desde la organización estimaron en unos 170 millones de euros el impacto. El «golpe» -especialmente para el sector industrial, con actividades que podrían tardar más de una semana en recuperar el ritmo habitual- paralizó a más de nueve de cada diez empresas en León, donde desde Fele calculan ya mermas económicas de entre 3.000 y 50.000 euros por sociedad, con pérdidas globales que calcularon en unos once millones de euros en esta provincia. En la industrializada Burgos, desde FAE optaron por la extrapolación multiplicado «por 0,9» el impacto global que cifras a nivel nacional sitúan entre los 1.000 y 2.000 millones las pérdidas por la caída de la energía.

Sin aventurarse a dar datos precisos, el presidente de CEOE Castilla y León, Santiago Aparicio, tomó como referencia el 0,1 por ciento del PIB de toda España perdido en unas horas en un día «nefasto», con mayor afectación a sectores como el industrial y el servicios, sobre todo comercio y hostelería. «Lo que pasó es muy grave», advirtió el soriano, quier recordó que «si no llega a ser» por la nuclear hubiera «durado bastante más». Así que consideró «finiquitado» el debate sobre la necesaria continuidad de estas centrales: «No es negociable» que siga formando parte del mix. «Debe seguir», recalcó Aparicio, convencido de que «no» se debe «dejar». «El que no se quiera dar cuenta es ciego», espetó.

En sentido similar, el portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, señaló que en las decisiones energéticas debe «primar siempre el interés de las empresas y los trabajadores por encima de los motivos ideológicos» y reclamó que se han de «utilizar todas las fuentes disponibles. «Todas son imprescindibles», subrayó el también consejero de Economía y Hacienda, quien al igual que varios dirigentes empresariales lamentó que «quizá el principal impacto» de lo ocurrido «es el de imagen de marca de España, que no fue positivo». Además reiteró las demandas de «reforzar» las líneas energéticas. «Castilla y León tiene un problema muy serio», ya que «no tiene capacidad» para poder suministrar la energía que demanda las empresas que se quieren instalar o los nuevos proyectos fotovoltaicos y eólicos, alertó también Aparicio

Ambos también coincidieron en pedir al Gobierno precisión sobre lo ocurrido. «Debe ser transparente», exigió el presidente de la CEOE, convencido de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez «sabe perfectamente» el motivo del 'fundido a negro'. «Al apagón se une el apagón informativo», censuró Carriedo, quien reclamó «explicaciones y soluciones». Una ausencia de más motivos en un «caos sin precedentes» que también afeó Empresa Familiar. «Tras 24 horas y tres ruedas de prensa del presidente se debe decir algo más que hubo un pequeño problema de cinco segundo», afeó también ayer por la tarde el jefe del Ejecutivo autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, quien también reclamó a Pedro Sánchez una «profunda reflexión de cómo debe afrontar las crisis de estas características con las comunidades autónomas».

Y en lo que coincidieron empresarios y políticas es en valorar el «esfuerzo conjunto», como lo definió Mañueco, para recuperar la normalidad en la Comunidad, que entró en nivel 2 de emergencia por una situación que llevó al 1-1-2 a atender más de 3.500 llamadas y gestionar cientos de incidentes. Además de garantizar el funcionamiento de los hospitales con sistemas autónomos de generación eléctrica, así como los centros de salud, destacó el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, competente en materia de emergencias. Así como los centros educativos, que ayer abrieron sus puertas de nuevo, y las residencias de mayores, En los geriátricos tiraron de ingenio y en los de lugares como Aguilafuente y Cantalejo (Segovia), donde pasaron las noche también sin luz, la «solidaridad» de vecinos, organizaciones y ayuntamientos fue clave para dar comida caliente a los mayores gracias a generadores prestados o bombonas compradas con celeridad; tener luz a base de linternas a pilas por todos los pasillos y un acopio de víveres que guardan para estos 'por si acaso'. «Trabajamos con personas», resumía una trabajadora, que al saber del apagón acudió al centro pese a ser su día libre para ayudar a sus compañeras para atender a los ancianos.

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