La Pasión llenará el turismo rural mientras los hoteles de las ciudades miran al cielo
Los chubascos al inicio de la Semana Santa no ahogan las expectativas del sector, que confía en superar el 90 por ciento de ocupación los días centrales
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Tras un primer trimestre «caótico», los empresarios del turismo rural tienen todas las esperanzas puestas en que la Semana Santa sea el «punto de inflexión» y suponga el «arranque de la temporada turística» en Castilla y León. Las previsiones de ocupación son «muy ... buenas», con los días centrales -Jueves, Viernes y Sábado Santo- «prácticamente al cien por cien» en algunas provincias. Y eso a pesar de que el tiempo no va a acompañar, al menos al inicio de la celebración de los días de la Pasión, donde la entrada de la borrasca Olivier desde el suroeste está dejando ya desde el pasado viernes chubascos y tormentas.
Sin embargo, en el sector están tranquilos. Por la experiencia de años atrás saben que las previsiones meteorológicas en estas fechas no condicionan demasiado: «En otros momentos diría que sí que suelen anular, pero ahora son unas fechas en las que las reservas llevan cogidas prácticamente desde enero o febrero. Sólo quedan las casas pequeñas que no abren aún o que tardan más en llenarse porque se suelen buscar alojamientos para grupos de amigos y familiares», detalla Luis Chico, al frente de la Asociación de Empresarios de Alojamientos Rurales de Castilla y León.
«Sí que es verdad que a mejor climatología, más movimiento y, por lo tanto, más gasto en destino», sostiene Jesús del Río, secretario de la Asociación Nacional de Turismo Rural, aunque coincide que para este periodo «la gente reserva con mucha antelación, en algunos casos no reembolsable, por lo que da igual que llueva, truene o haya nieve». Y además recuerda que tienen comprobado que «si hace muy buen tiempo la gente tira a la playa cuando junta varios días».
El que sí mirará esta próxima semana al cielo es el sector hotelero de las ciudades. Su ocupación pende más de la celebración de las procesiones, condicionadas a la meteorología. Según los datos que manejaba hace unos días la Asociación de Hoteles de Castilla y León, la ocupación para los próximos días está en una media del 50 por ciento de lunes a miércoles, y entre el 70 y el 80 por ciento Jueves, Viernes y Sábado Santo. Desde esta entidad detallan que el mal tiempo durante el mes de marzo paralizó las reservas, que se han ido «reactivando» durante los primeros días de abril.
Fecha «muy importante»
«Confiamos en que las ocupaciones puedan ser similares a las de otros años, con datos muy buenos Jueves y Viernes Santo, aunque siempre pendientes de la climatología», añaden. No obstante, recuerdan que «cuando la Semana Santa es tan tarde nuestra región no se ve beneficiada, ya que entra en juego la opción de pasar los días en la playa, por lo que las reservas son más lentas y de última hora».
«Esta es una fecha muy importante para nosotros si el tiempo responde», coincide Jaime Hernández, presidente de los Hosteleros de Castilla y León, que ha comprobado otros años cómo «la gente apura hasta última hora» y si la meteorología no acompaña, «cancelan».
Los que optan por la 'escapada de interior' vienen buscando «principalmente un mix de turismo religioso, gastronómico, paisajístico, de patrimonio...», recuerda Luis Chico, vinculado al sector desde hace más de tres décadas. Confía en que a partir de ahora se comiencen a recuperar de unos «nefastos» tres primeros meses del año. ¿La culpa? «Se ha juntado un poco todo: la subida del IVA en luz y alimentos, el tiempo...». Están acostumbrados a que febrero sea «el peor mes», pero en esta ocasión las «bajas ocupaciones» se han prolongado algo más. «Han sido unos meses muy raros», coincide Jesús del Río.
Se interrumpía así bruscamente la tendencia del último mes de 2024, que ayudó a cerrar un año derécord históricos en viajeros y pernoctaciones. Del Río confía en que este periodo sea el de la remontada: «Es verdad que si cae pronto vuelve a haber otro pequeño bajón y luego se vuelve a subir, pero si llega tarde y la climatología ayuda un poco, lo que se consigue es un tirón. Además, el puente de mayo está a la vuelta de la esquina».
En la provincia de Burgos han notado «un poco la ralentización de las reservas» de cara a los próximos días festivos. «Están llegando más tarde. Otros años, a una semana de los días centrales, ya estábamos prácticamente al completo mientras este sigue habiendo plazas disponibles», apunta Domingo Hernández, vicepresidente de la Asociación de Turismo Rural de Burgos (Turalbur).
Recuerda que tradicionalmente el primer fin de semana «no es especialmente fuerte», sino que la ocupación se concentra en cuatro días, desde el jueves a domingo». Coincide también con sus compañeros empresarios en que «afortunadamente» el tiempo no suele condicionar salvo en los hoteles rurales «donde los grupos son más pequeños y puede haber algún tipo de cancelación». Además, bromea al respecto: «¡Esta semana siempre acaba lloviendo y el cliente lo tiene asumido!».
Última hora
La ausencia de cancelaciones también tiene que ver con el perfil del visitante. En estas fechas suele proceder de más lejos. Si por lo general la provincia burgalesa tiene como principales clientes a viajeros de País Vasco y Madrid, «ahora llega gente de Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia... Lo que sí seguimos echando en falta son los extranjeros; siguen siendo mínimos». En estas fechas el comportamiento del cliente es variado: «Están los que si el tiempo acompaña acuden al alojamiento sólo a pernoctar y se mueven por diferentes lugares para hacer rutas, ver monumentos y procesiones, y a quienes les gusta disfrutar de la casa en familia».
«Estas fechas no nos preocupan porque está todo prácticamente lleno. Los cuatro días clave tenemos prácticamente alquiladas todas las casas rurales mientras que en el caso de los hoteles queda alguna habitación suelta, pero que se acabará llenando con las reservas de última hora», detalla Arcadio Marín, que se acaba de estrenar en marzo al frente de la Asociación de Turismo Rural de Soria (Tursoria).
Propietario de un establecimiento en el municipio de Tejado, ha comprobado que «cada vez hay más reservas de última hora», por lo que confía en que la ocupación en esta provincia alcance «entre el 90 y el 95 por ciento». «El problema lo tenemos antes y después. Es un turismo muy estacional».
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