«Optimismo» ante una temporada de esquí tardía pero con «buenas» perspectivas

«Santa Inés no es una estación normal. Es pequeña, pero concentra muchas actividades», sostiene Abad. De ahí, que sea reclamo de «madrileños, riojanos, navarros...» que no encuentran ciertas especialidades en sus entornos. «Englobamos a muchas provincias. Tenemos un público muy fiel y cada vez más adeptos», continúa el gerente, que destaca la repercusión que una buena temporada tiene en la economía de toda la comarca de Pinares: «Donde realmente se nota es en la hostelería, en los hoteles y casas rurales... Volvemos a reactivar la zona terminada la temporada de setas».

Sólo en la propia estación, la «plantilla base», con seis trabajadores, puede hasta triplicarse los fines de semana: «Vemos nuestras reservas y en función de ellas reforzamos». No obstante, como ocurre en todo el sector turístico, la inflación, el elevado precio de la energía... Están haciendo mella, e intentan adaptarse con fórmulas que buscan atraer a una variedad de público más amplia, «sobre todo, familias con niños». Para ellas ofrecen 'paquetes' con los que tratan de abaratar costes: «Que por 50 euros el niño pueda pasar todo el día y aprenda a esquiar motiva más».

En la búsqueda de esos nuevos públicos también se encuentra la estación de La Covatilla, en la Sierra de Béjar (Salamanca). «Estamos dando un nuevo enfoque a la instalación orientado al turismo familiar para que no solo pueda venir la gente 'profesional'». El cambio de rumbo «realmente nos está haciendo ganar visitantes», sostiene Miguel Heras, gerente de estas instalaciones de titularidad municipal. Y como muestra, ofrece los datos del pasado fin de semana, cuando por la estación pasaron «aproximadamente, unos 300 esquiadores 7 3.000 visitantes».

Las últimas precipitaciones les ha permitido abrir las pistas de debutantes y el parque de nieve; en total «como unos mil metros de superficie esquiable». «Estamos manteniendo lo que cayó produciendo de manera artificial con los cañones», pero si no cae más no podrán ampliar el espacio disponible para practicar el deporte. Aún así, la mentalidad del equipo es «positiva», ya que prevén para finales de febrero un cambio de tiempo favorable». Una buena temporada de nieve repercute muy positivamente en la zona en términos de economía y empleo. Actualmente, contando con los profesores, son un total de 53 personas en plantilla, aunque ya prevén ampliar para las próximas semanas «entre un 20 y un 25 por ciento». «El pasado fin de semana nos vimos desbordados por la afluencia de visitantes», detalla.

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Miguel Heras subraya que La Covatilla es una estación que procura implementar mejoras de año en año. Esta temporada ha incorporado tornos automáticos para los 'forfait' (el bono para utilizar la instalación).

Desde el pasado 21 de enero también está abierta la estación leonesa de San Isidro. Ese primer fin de semana, la instalación leonesa puso a disposición del público hasta 6,3 kilómetros de pistas de los que pudieron disfrutar 4.120 usuarios llegados de Castilla y León, pero también de Asturias, Galicia y Portugal. Había ganas de nieve, pero las condiciones meteorológicas impidieron que Letariegos, también en esta provincia, pudiera arrancar al mismo tiempo y lo hizo el 28 de enero. Entonces, un total de 5.872 esquiadores pasaron por la primera (con 17,4 kilómetros esquiables) y 2.813 lo hicieron por la segunda, donde fue necesaria la fabricación de nieve artificial, pero pudo ponerse a disposición de los amantes de este deporte cinco kilómetros disponibles.

El objetivo de ambas, si el tiempo lo permite, es permanecer abiertas hasta el 9 de abril, cuando darían por finalizada la temporada, informa R. Álvarez.

Buenas perspectivas también tiene el sector en la provincia de Segovia, donde se mantienen abiertas las instalaciones de La Pinilla, en la Sierra de Ayllón, y Navacerrada, en Guadarrama. En la primera, los amantes de este deporte disponen de casi 6 kilómetros distribuidas en tres pistas. El espesor de la nieve oscila entre los 10 y los 25 centímetros. Las temperaturas especialmente bajas de las últimas semanas han permitido el mantenimiento del blanco manto en buenas condiciones, lo que ha animado a numerosos esquiadores a acercarse, fundamentalmente madrileños, que han colapsado estos pasados fines de semana las vías de acceso.