Burgos ha celebrado de nuevo este sábado 28 de diciembre su tradicional fiesta del Obispillo, como cada año en el Día de los Santos Inocentes. Esta costumbre medieval convierte por un día en representante de todos los niños a uno entre ellos -en esta ocasión, Miguel Puebla Agustín- para subirse a un caballo blanco y hacerle sus peticiones a las autoridades, un 'tour' que incluye visita al arzobispo, Miguel Iceta, o la alcaldesa, Cristina Ayala. En esta ocasión, Miguel ha destacado en su discurso, según recoge el digital Burgosconecta, que la diversidad «enriquece» a la capital burgalesa y que sueña con que en esta «todos los niños» sean iguales, «sin importar de dónde vengan».
El 'Obispillo' es una conocida figura, tradicional en los festejos navideños de la capital burgalesa desde hace décadas, y cuyos orígenes se remontan al siglo XV, cuando el Cabildo Metropolitano de la Catedral permitió este día que un niño se vistiera de obispo. Así, cada año se viste a uno de los niños de la Escolanía de los Pueri Cantores que haya recibido la Primera Comunión ese mismo año, y durante un día dispone del mando de la ciudad para pedir favores para los más pequeños.
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