La nueva ley de violencia de género de Castilla y León «reforzará la protección» e incorporará más formas de agresión

Por el momento, el texto es un proyecto de ley redactado por el Gobierno autonómico que mañana dará sus primeros pasos al enviarse al Consejo Consultivo y la Junta espera que en los «primeros días» de 2025 pueda registrarse en las Cortes de Castilla y León.

Así lo ha anunciado este lunes, día en que se conmemora el Día de Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el presidente del Ejecutivo autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, quien ha inaugurado en Salamanca el centro de crisis de atención a víctimas de agresiones sexuales.

«Queremos que la nueva ley traiga avances dirigidos a reforzar la protección de las víctimas», ha explicado, y que se contemplen las nuevas formas de violencia, como la ejercida a través de las nuevas tecnologías «que es silenciosa y a la vez muy peligrosa»; la vicaria, la que se dirige «cobardemente» contra los hijos o familiares de las víctimas y también la de «segundo orden», que es la que se ejerce «contra quienes apoyan» a las mujeres que sufren malos tratos.

Formarán parte de esta nueva legislación los denominados centros de crisis para la atención a las víctimas de agresiones sexuales. El de Salamanca ha abierto este lunes sus puertas y en «los próximos días» lo harán los del resto de provincias, ha detallado Mañueco.

Según ha explicado el líder del Ejecutivo autonómico se trata de recursos que serán «accesibles» -abrirán las 24 horas del día y los 365 días del año-, «seguros» y ofrecerán una «atención inmediata» y «coordinada» con el resto de recursos e instituciones de atención a las víctimas, como los ayuntamientos, el Gobierno central, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado o las policías locales.

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Estarán gestionadas por las agrupaciones sociales que se encargan de la atención en estas situaciones. En el caso de Salamanca, será la Asociación de Ayuda a la Mujer Plaza Mayor la que llevará el mando y todas ellas están financiadas con fondos europeos Next Generation.

Su función será aportar una atención «psicológica» y «acompañamiento», que puedan dar «asesoramiento jurídico y social», pero también una «orientación a familiares y personas allegadas» que «muchas veces no saben cómo actuar y reaccionar en situaciones de esta naturaleza». Serán, por tanto, fundamentales también en el apoyo «al entorno» para que puedan ayudar en la «recuperación» de las víctimas.

Además de los nueve centros de crisis, a cuya apertura obligaba el Gobierno central antes de finalizar este año, funciona desde hace «varios meses» el centro virtual Atiendo para llegar a «todo el territorio».