«La N-122 es una bomba de relojería que muchas veces estalla»

Fue hacia las dos de la madrugada cuando el servicio de emergencias 112 recibió una llamada alertando de que se había producido un accidente en la N-122, en el que se encontraban tres personas atrapadas en el interior de un vehículo. Hasta el lugar se desplazaron bomberos, Guardia Civil y personal sanitario, además de profesionales del Grupo de Intervención Psicológica en Desastres y Emergencias. La violencia de la colisión convirtió al turismo, que quedó cruzado en la calzada, en un amasijo de hierros, mientras que el camión se empotró contra el guardarraíl de una carretera que tuvo que permanecer cortada durante varias horas.

Los fallecidos residían en la localidad segoviana de Cuéllar, que, a través de su alcalde, Carlos Fraile, mostraba ayer «mucha tristeza» por lo sucedido, la «pérdida de dos vidas humanas» y vecinos del municipio. En muestra de «apoyo» a la familia, el Ayuntamiento decretó una jornada de luto y banderas a media asta y se guardó un minuto de silencio en el concurso taurino de cortes que se celebra en el pueblo, que este sábado inicia sus fiestas de la Virgen del Rosario con el recuerdo de los dos vecinos que perdieron la vida en el asfalto. También el equipo de fútbol sala de Cuéllar trasladó a través de Twitter su «tristeza total» por la pérdida de Íker, el menor fallecido, que militaba como portero en la categoría infantil.

La zona en el que se produjo el accidente es una de las más trágicas de una N-122 que lleva más de dos décadas esperando a convertirse en autovía, en concreto, en la A-11 o Autovía del Duero. Pero desde 1997, cuando se licitó el primer tramo, se ha encadenado retraso tras retraso, de forma que tan solo algunas partes son ya realidad como vía rápida. Sin embargo, hay otros, como el que va de Quintanilla de Arriba (Valladolid) a Castrillo de la Vega (Burgos) -en el que se produjo ayer el trágico accidente-que aún no tienen proyecto, lo que vaticina que todavía tendrán que esperar varios años más. Por eso, han surgido plataformas ciudadanas como la denominada A-11 Pasos, que surgió hace cuatro años fruto del hartazgo y el «abandono» de una infraestructura que es «vital» no solo para Castilla y León, sino para todo el país, ya que une el oeste y el este desde la frontera con Portugal en Zamora hasta Soria.

Y es que, según reconoció una de las portavoces, Alicia del Pozo, el gran volumen de tráfico, en el que se combinan «miles» de vehículos pesados y especiales con turismos, hace que sea una «bomba de relojería que muchas veces estalla». «Todos los muertos que acumula la N-122 deberían ser un cargo de conciencia para nuestros dirigentes», consideró, ya que «han pasado» gobiernos de diferente signo político -la competencia es del Ejecutivo central- y «no hay manera de que salga adelante».

La explicación está, asumió, en que es una acción que «no tiene rédito electoral». «Somos poca población y hay otras prioridades, por eso no se ejecuta», indicó convencida Del Pozo, quien sí reconoció que hay tramos que han avanzado más. «Pero no tiene sentido ir haciendo unos y dejar otros atrás» porque las consecuencias pueden ser fatales, concluyó.

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También el alcalde de Valladolid y secretario provincial del PSOE, Óscar Puente, solicitó que se «aceleren al máximo posible» las obras y se termine de «desdoblar» la vía: «El tramo hasta Peñafiel asume una cantidad de tráfico tremenda y se hace necesario un desdoblamiento cuanto antes», subrayó, añadiendo al respecto, no obstante, que confía en que se «prioricen» los trabajos en relación con los tramos que se tienen que licitar. Más que mensajes en esta cuestión «hacen falta hechos», reconoció, informa H. Díaz.

En lo que va de año han sido al menos cuatro los fallecidos en la N-122. Pero, además, el año está siendo especialmente dramático en cuanto a víctimas de accidentes. Con las últimas registradas, Castilla y León acumulaba hasta ayer 86 muertes en carretera, un 26% más que en 2019, el año anterior a la llegada de la pandemia.