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artes & letras

'Todas las muchachas serán tuyas', de José Antonio Abella: memoria de juventud

libros

La primera novela póstuma del autor burgalés es un canto exaltado al amor y a la amistad, y a los principios que condecoraron su personalidad

'Nuevo en la ciudad nueva', de Juan Antonio González Iglesias: 'Suite' de un sueño napolitano

José Antonio Abella ANTONIO

José Ignacio García

Tuve la suerte, la inmensa suerte, de conocer a José Antonio Abella gracias a la pasión por la palabra que a ambos nos consumía y nos daba el aliento a la vez. Tuve la suerte de gozar de su amistad, de su ejemplo, de su ... consideración, de sus consejos y, en algunos momentos, de sus preferencias (que ahora no vienen a cuento), especialmente durante los cuatro últimos años de su vida. Y tuve la suerte (y el privilegio) de escuchar de su propia voz, esa voz tan adelgazada de energía durante sus últimos días, cuando solo eran unas galeradas pendientes de corregir, el comienzo de esta 'Todas las muchachas serán tuyas' que nos ocupa. Fue en su casa de Segovia, gozando por unas horas con sabor a despedida de su hospitalidad serena y la de María Jesús, «el azul de su vida, su gran y único amor», al que dedica esta primera novela póstuma -han de venir otras dos, todavía-, y del cariño un tanto receloso de Gorki, el amigo fiel que no terminaba de tragarse (quizás por instinto canino) que a mí me gustaran tanto los perros como los adoraba y defendía su amo.

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