Mañueco afea a Tudanca que Sánchez le «indigne» sólo por las listas electorales

Para empezar, las candidaturas al Congreso y al Senado para las generales del 23 de julio o los gobiernos municipales aún por cerrar, pendientes de los acuerdos entre PP y Vox en ciudades como Burgos y Valladolid, llevaron a muchos de los representantes políticos, sobre todo de PP y PSOE, a buscar entradas al hemiciclo alternativas para evitar el hall principal en que, como es habitual, los periodistas piden respuestas.

Pero las preguntas sólo se se hicieron en el pleno, que arrancó con tres al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, con un mismo argumento que no era otro que la norma para flexibilizar las medidas de control de la tuberculosis bovina que la Junta aprobó, el Gobierno enmendó, el TSJ paralizó, y que derivó en el asalto de ganaderos a la delegación territorial de la Junta en Salamanca. Un relato de acontecimientos que llevaron al portavoz del Grupo Socialista a preguntar si a Mañueco le importaba «aunque sea un poco, la salud de las personas de Castilla y León». Respuesta rápida: «Es una prioridad».

Y mensaje contundente, que invitó a repetir a Tudanca, para contrarrestar las dudas que durante las últimas semanas se han generado con los productos de la Comunidad: «La carne y la leche de Castilla y León son excelentes y tienen la máxima seguridad alimentaria». «Claro que son excelentes pero tenemos un gobierno que los machaca», contestó Tudanca, para quien «usted es el peligroso, el que ataca a los ganaderos y pone en peligro la salud de los ciudadanos». «El peligro es usted», insistió el dirigente socialista, «al prometer cosas que no puede cumplir con normas manifiestamente ilegales que van en contra de las legislación nacional y europea».

El portavoz socialista también reprochó al presidente de la Junta haber guardado silencio durante quince días y no haber defendido a los trabajadores de la Administración autonómica de los ataques recibidos.Llegó entonces el segundo mensaje de Mañueco: «Respaldo absoluto a los empleados públicos y especialmente a los veterinarios», al tiempo que acusó a Tudanca de «crear alarmismo y confusión con intervenciones al 'estilo' Sánchez que ya no cuelan». Entonces volvió a pedirle que repitiese que «la seguridad alimentaria y la calidad de los productos está garantizada».

En ese momento, el presidente de la Junta aprovechó una 'ventana' para advertir de que a Tudanca «no se le ha quitado todavía la mala cara por los resultados electorales y se le ha agravado con el mal trago del fin de semana en Ferraz». En este punto, lamentó que «no está más decepcionado e indignado con Sánchez por los ataques a Castilla y León que cuando no coloca a sus amiguitos en las listas electorales».

El portavoz de la Unión del Pueblo León, Luis Mariano Santos, siguió con el mismo asunto que concretó en pedir la valoración del presidente de la Junta de las reivindicaciones de los ganaderos. Tras calificar de «matonismo» la forma de actuar del vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, y de «pusilánime», la de la parte PP del Gobierno autonómico, defendió que los ganaderos afectados por la tuberculosis bovina necesitan otro tipo de ayudas que pueden ir destinadas, por ejemplo, a las explotaciones afectadas o al mantenimiento de su viabilidad, sin olvidar el control de la fauna salvaje. «Ese es el camino, no medidas populistas», zanjó.

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Con el procurador de Unidas Podemos, Pablo Fernández, volvió a subir el tono del debate después de que éste, como es habitual, tirase de todo tipo de adjetivos y descalificaciones hasta tachar de «calamidad, gobierno perverso y expresión del trumpismo» al Ejecutivo castellano y leonés y de llamar «cantamañanas» a García-Gallardo.

Pero Mañueco, que no se sorprendió por una «retórica que huele a naftalina», aprovecho para recordar a Fernández la situación por la que atraviesa su formación política, «que nunca ha querido al campo, ni el campo a ustedes como ha quedado demostrado en las elecciones municipales». Y, sobre todo, advirtió del «reparto de puñaladas» y de lo «asombroso que resulta que la dedique las frases más cariñosas a la ministra Irene Montero a la que ya no quieren ni los suyos».

Todavía hubo una cuarta pregunta sobre la crisis por el control de la tuberculosis bovina aunque en este caso dirigida por el procurador de Ciudadanos, Francisco Igea, al vicepresidente de la Junta que se encontraba ausente participando en un Foro Económico en Polonia. El parlamentario de CS denunció el incremento de la incidencia de dicha enfermedad animal que ha pasado en la Comunidad del 0,2 por ciento al 1,39, al tiempo que criticó que ni el consejero de Agricultura, Gerardo Dueñas, ni Gallardo habían defendido a los veterinarios sino que, al contrario, se mantuvieron en el «más vergonzoso de los silencios».A estas afirmaciones contestó Dueñas, como responsable de las competencias en sanidad animal, y las enmarcó en la «mentira y la demagogia» para acabar insistiendo en que la norma aprobada por su departamento para flexibilizar las medidas de control fue «correcta y proporcionada» y sólo afectaba a la sanidad animal y no comprometían la humana.