«Lleno» para el puente de agosto en el turismo rural tras iniciar «flojo» el verano

«Se junta todo: fiestas patronales, mercados artesanales, semanas medievales, renacentistas... Y otras muchas actividades que el sector aprovecha a poner en marcha al tener los índices de ocupación tan altos», explica Luis Chico, para quien el puente de agosto es, junto al de la Constitución y Semana Santa, sinónimo de «éxito seguro». Sin embargo, algo cambia por estas fechas. Frente a las visitas de «grupos de amigos» y «despedidas de soltero», lo que predomina en «el mes por excelencia de las vacaciones» es «un turismo familiar»: «Me atrevería a decir que en un 80 por ciento. Yo lo que tengo prácticamente todo el verano son abuelos con hijos y nietos. Esas reuniones familiares que antes se hacían en las casas de los pueblos y ahora no, a veces porque no tienen y otras porque no disponen de tanto espacio», detalla este empresario con alojamiento en Benafarces, un pequeño municipio de la provincia de Valladolid que linda ya con Zamora.

Ese turismo «familiar» explica que en estas fechas se ocupen antes «los alojamientos más grandes». También los que tienen «alguna vinculación con el agua», bien porque tienen piscina propia o algún convenio para que los inquilinos disfruten de las instalaciones municipales, o porque se encuentran cerca de embalses, pozas, playas fluviales... Se trata, además, de unas fechas en las que se suelen alargar las pernoctaciones, una de las luchas del sector, ya que siguen estando por debajo de la media nacional, incluso en Ávila, «que está en 2,40».

En esta provincia podrán presumir, si las previsiones se cumplen, de colgar el cartel de 'completo'. «Ahora mismo no lo estamos del todo. Quedarán libres unos ocho alojamientos de los casi 200 que tenemos, pero alguno más se alquilará», sostenía hace unos días a este periódico Alicia Garcinuño, de 'Casas de Gredos'. Sus inquilinos son, sobre todo, viajeros «que vienen del sur y del Levante», además de madrileños que «buscan pasar unos días alejados del calor, aunque esta semana también tiran mucho las fiestas patronales». Ello hace que sus estancias, por lo general, sean más largas. «Aunque también hay reservas de fin de semana, hay muchas de quincenas, tres semanas e incluso de un mes».

Esperan que esta ocupación les sirva para compensar el «flojo» arranque del verano: «Nos estábamos acostumbrando mal porque justo después de la pandemia fue un boom. Todo el mundo quería salir al campo y a los pueblos y era exagerado. Ahora la gente vuelve a ir a la costa y hay un mayor reparto entre playa y montaña. Creo que por eso hemos notado menos afluencia que en años anteriores. Volvemos a estar como antes del Covid», justifica. «Junio fue un mes raro. No fue un arranque del verano bueno», coincide Luis Chico.

Es la impresión también de Domingo Hernández, vicepresidente de Turalbur (Turismo Rural de Burgos). «Al principio del verano hicimos un sondeo a nuestros asociados y el resultado fue que el 60 por ciento de los encuestados esperaba un verano igual o peor que el del año pasado y sólo un 40 por ciento pensaba que iba a ser mejor». Augurios que han visto confirmados, ya que «en julio habremos estado en un 30 por ciento de reservas». De cara a las primeras semanas de agosto espera que la tendencia cambie: «Afortunadamente, en este tiempo el turismo de fin de semana se suprime y tenemos clientes durante toda la semana».

En la provincia burgalesa, a las fiestas patronales de los pueblos se suman cada agosto «acontecimientos» como 'El Cronicón de Oña', la popular recreación histórica que acoge el Monasterio de San Salvador, o eventos musicales como Sonorama Ribera, que tiene lugar este mismo fin de semana y que «siempre ayuda» porque el tema de los festejos «es un arma de doble filo»: «Hay quien viene buscándolas, pero también hay quien le comentas que va a haber fiestas en el entorno y te dicen que van a buscar otro sitio porque lo que quieren es tranquilidad». opina Domingo Hernández. No obstante, los que llegan lo hacen para quedarse, al menos «cuatro o cinco días». Generalmente, es «gente que viene de más lejos: Galicia, Comunidad Valenciana, Cataluña, Andalucía...».

Si desde Burgos esperan que Sonorama contribuya a cerrar un agosto redondo, en Ávila creen que otro acontecimiento musical como fue Músicos en la Naturaleza aupó la estadística de julio: «Fue muy bien», sostiene Daniel Pérez, presidente de la Asociación de Turismo Rural de Ávila, que reúne a «unos 120» alojamientos en toda la provincia.

«Este mes ha empezado muy fuerte aunque llevamos unos días tranquilos, una calma tensa antes de que llegue otra vez el boom. Este es el periodo que más se factura. No hay ningún año que haya pasado lo contrario», sostiene el empresario abulense. ¿Los 'puntos fuertes' de la provincia? «La cercanía a Madrid, la diversidad de paisajes, la naturaleza, la gastronomía y, sobre todo, la temperatura, que suele ser una media de cinco grados menos de día y hasta quince de noche».

Esa diferencia en el 'mercurio' es también uno de los atractivos de la provincia de León. «Este es uno de los mejores puentes del año junto a los que luego tienen lugar en otoño e invierno. Como es fiesta en prácticamente todas las localidades se genera mucho movimiento en el medio rural», confirma Jesús del Río, secretario de la Asociación Española de Turismo Rural, quien prevé alcanzar «el cien por cien» de ocupación en los días clave: «Ya casi es imposible encontrar algo libre y lo que queda es porque hubo alguna cancelación de última hora. Lo normal es estar llenos». Cambiará con la llegada de septiembre, cuando vuelva «el turismo de fin de semana en el mejor de los casos».

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Además de las buenas temperaturas, en sus altos índices de ocupación «influyen la gastronomía, la naturaleza, el patrimonio...». Y no solo eso. Tienen un amplio porcentaje de clientes «que te dicen que buscan un sitio cerca de su pueblo porque ya no hay espacio en casa de sus padres y necesitan otro alojamiento de apoyo». Al igual que en otras provincias, agosto sube la media anual de las pernoctaciones, pero aún así, «estamos hablando de un número ridículo. León sigue siendo un destino de paso», lamenta. También lo hace del «flojillo» julio que tuvieron: «Hemos pinchado». Es lo que esperan también en estas próximas semanas en Segovia. Javier García Crespo, gerente de Hotuse (Alojamiento, Hostelería y Turismo de Segovia) no pinta el mes tan bien como sus compañeros de otras provincias: «Hay pocas reservas. Poco movimiento y lo que hay es de última hora. Está siendo un poco raro este verano».