El aviso de la muerte del animal había partido de un particular que alertó a un celador de la Junta y movilizó a personal de la administración autonómica y el Seprona hasta la CL-626 en el límite entre las citadas provincias. Allí, sobre el asfalto se apreciaban restos de sangre de la cría, cuyo cuerpo sin vida evidenciaba lesiones en paletilla y boca.
Lugar del accidente
sEPRONA
De entre siete y ocho kilos de peso y unos ochenta centímetros de tamaño, el cuerpo de la osezna, que se calcula que tendría unos ocho meses, fue trasladado al Centro de Recuperación de Animales Silvestres en Valladolid para proceder a la necropsia que confirme las causas de la muerte.
Trampas para la captura y posterior geolocalización de los plantígrados de vuelta a su hábitat se suman a los «esfuerzos» de la Junta para la adecuada coexistencia
Mientras, Junta y Guardia Civil continúan con la investigación para dar con el autor de supuesto atropello del animal y clarificar las circunstancias en las que se produjo.
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