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La licitación «local» supera por primera vez a la de la Junta y el Estado

La Cámara de Contratistas asegura que 2010 «va muy mal», pero 2011 «será peor»

J. M. AYALA

Después de algo más de veinte años en los que la Cámara de Contratistas de Castilla y León ha ofrecido con regularidad los datos de licitación de obra pública en la Comunidad, el pasado martes se producía un hecho histórico. Por primera vez en veinte años, las cifras de las administraciones locales —ayuntamientos y diputaciones— superaban a las que acumulan en lo que va de año la Junta de Castilla y León y también las del Estado. Es una muestra clara de que este es un ejercicio «muy difícil y diferente» al de otros años, cuando las diferencias a favor de las grandes administraciones eran contundentes. Para el secretario de la Cámara, Luis Valerio, la crisis, traducida en recortes, explica esta anómala situación. La otra clave para que los organismos locales lideren esta clasificación reside en el segundo Plan E «porque los ayuntamientos lo han tenido que licitar con plazos muy exigentes».

La realidad es que en los ocho primeros meses del año apenas se han superado los mil millones de euros, de los que casi la mitad —483— proceden de los entes locales. La Junta ha aportado hasta ahora 241 millones, mientras que el Estado ronda los 335. En los tres casos se experimentan importantes bajadas —del 67 por ciento en su conjunto— por lo que se camina «hacia uno de los peores años de la década», según apunta Valerio.

En todo caso, el responsable de la Cámara considera que los ayuntamientos «van a parar» en sus licitaciones y que al final del curso volverán a estar por delante las otras dos. Así, recuerda que el presidente del Gobierno regional se ha comprometido a licitar de aquí a final de año 400 millones de euros, de los que la mayoría «podrán computar» como obra pública. Mientras, también confía en que el Estado «sacará algo, aunque sólo sean las conservaciones de carreteras». En este sentido, mostró su preocupación por el anuncio del ministro de Fomento de apostar por la colaboración público-privada en las obras que se acometan a corto y medio plazo. Para Valerio, «hay que ver aún como se hace». Así, pone el caso de una autopista de peaje que, aunque la financie la empresa, la paga el usuario y no se computa con cargo a la administración. En cambio, cita la autovía Valladolid-Segovia, con peaje en sombra, y que sí se puede atribuir al Gobierno regional.

Ocurra lo que ocurra y con la esperanza «y el deseo» de que la administración central «saque lo que falta» de la Zamora-Benavente en la Autovía de la Plata y «algunos tramos del ferrocarril entre Zamora y Orense», Valerio admite ya que ni en el mejor de los escenarios posibles se cumplirían las previsiones de la propia Cámara de alcanzar los 3.200 millones de euros licitados. Aunque no le gusta hacer de «adivino», «no creo que se llegue ni siquiera a los 2.000 millones».

Si la previsión de Luis Valerio se cumpliera las cifras de 2010 estarían muy cercanas a las dos más «flojas» de los últimos diez años. En concreto, el peor ejercicio del ciclo se produjo en 2002, cuando se licitaron obras por valor de 1.557 millones. Algo mejor fue el 2.004, con 1.644 millones. Ambas cifras aún no se han rebasado —hasta agosto llegaba a los 1.060 millones de euros— y lo que resta hasta finales del año «está muy en el aire».

Aunque 2010 va «muy mal», Luis Valerio prevé también que el año que viene «será aún peor». Su afirmación se basa en los propios anuncios realizados desde las propias administraciones. Así, el secretario recuerda el anunció de la Junta de Castilla y León de «reducir el Presupuesto» —en principio, en torno a un diez por ciento— y la apuesta del Gobierno central «por reprogramar obras». Es precisamente este último capítulo el que más malestar provoca en la Cámara de Contratistas. No comparten las «formas» del Gobierno, al que critica que haya «tardado tanto en reaccionar» ante la situación que vive el país. Sobre estos recortes anunciados por el ministro de Fomento, cree que se traducirán en «menos empleos, menos economía y menos movimiento empresarial». Al respeto, insistió en que por cada millón de euros que se invierte «se crean 20 puestos de trabajo», por lo que el «ahorro» del que habla el Ejecutivo «no es tanto ahorro».

Frente a estos anuncios, Valerio considera que hubiera sido necesario hacer «con tiempo un plan de reconversión del sector con ayudas para «reconvertir» las empresas, «igual que sucede con la siderurgia o la automoción».

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