León Benavente: «Queremos que nuestra música deje huella, que no sea ese puto bombardeo tiktoker»

- En otras ocasiones han reivindicado aquello de escuchar discos completos. ¿Cómo es dar con el orden correcto en una sinfonía dedicada al caos?

- Pues rompiéndote mucho la cabeza. Nosotros venimos de una generación en la que los discos nos los escuchábamos enteros, para nosotros era una obra completa. Así que, sin llegar a hacer discos conceptuales, sí que nos gusta que tengan una identidad, que haya cierto hilo conductor. Para encontrar el orden, nos funciona mucho la prueba y error, mucho pensarlo. Pero una vez encuentras el orden de las piezas, lo ves clarísimo.

- Querían que este disco fuera rápido «como un puñetazo». ¿Qué pesa más en en carácter y en el sonido de este disco, qué se puede esperar de él?

- Creo que es un disco valiente, porque a nosotros nos interesa ser un grupo que tiene algo de movimiento siempre, tanto en el tipo de canciones como en los estilos que vamos investigando. Es un disco en el que creemos que hay convivencia de rock con elementos de electrónica, que ya llevamos introduciendo en nuestros discos desde desde el segundo, aunque de forma más tímida. Y en este caso también incluimos un miembro externo que es Martí Perarnau IV, nuestro productor. Es la primera vez que nos produce alguien y la que más cerca estamos de lo que queríamos en cuanto a convivencia de rock y electrónica. También, de todos los discos que hemos hecho, este es el que mejor refleja lo que es un concierto de León Benavente en directo, y esa es una aspiración que tenemos, aunque el directo todavía sea mucho más tremendo. Nosotros somos los primeros sorprendidos y suena un poco soberbio, pero no lo es. En directo está siendo un flipe, cuanto más arriba estamos nosotros, más se viene arriba la gente, y esa retroalimentación está siendo una gloria bendita. Estamos muy agradecidos.

- Como menciona, han vuelto a la autoproducción, con ayuda de Martí Perarnau IV. ¿En qué se está traduciendo eso?

- Agradecemos nuestro paso por Warner, por supuesto, pero como decía, somos gente bastante inquieta. Una cosa que no habíamos probado era la autoproducción entendida en términos más logísticos, y nos picaba la curiosidad. Somos un grupo al que nos gusta tener bastante el control, ya en Warner dijimos que la parte artística no era negociable, y ahora simplemente ha sido una decisión. Está siendo un poco duro, porque claro, tienes que hacer muchas cosas tú, pero el resultado es muy satisfactorio y tenemos mucho control.

- 'A la moda' siembra la duda. Si en la vida es lo clásico contra lo fugaz, ¿qué gana?

- Hombre, lo fugaz tienen que ser las tristezas. Pero creo que hablar de los textos uno por uno es complicado. Y un poco extraño, porque una de las características que tiene esto y que veo en el público -sin que sea de forma pretendida- es que hay gente que empatiza y que en México hace suyas cosas que son claramente locales, de aquí, de España. Y cómo mola que las canciones puedan tener múltiples lecturas, ¿no? Lo de lo clásico contra lo fugaz, y esto es una opinión personal, ojo, yo creo que va de esto que nos pasa con el disco de preferir no estar a la moda y ser un poco más clásicos. Que la obra que creemos tenga un poco más de peso, de calma y de reflexión; que deje un poco más de huella y no sea ese puto bombardeo tiktoker. Parece que la sociedad nos lleva muy rápido y a los dos segundos ya tiene algo nuevo. Nosotros preferimos esto y si no te gusta, pues... con perdón, que te jodan, como dice la canción.

- Ya cuando presentaron 'Era' describían nuestro tiempo así, como «caos». ¿Qué piensa que puede hacer la música ante la entropía, el desorden y la incertidumbre actuales?

- Creo que la música tiene muchas propiedades, una de ellas es ordenar el batiburrillo sentimental que puedas tener. Es sanadora y tiene muchísimo poder para transformar, pero claro, hay que dejar que esa música entre en ti y que sus reflexiones las sientas. No hablo de hacer un estudio musicológico, pero que no sea ir pasando canciones. Tiene ese poder para ayudarte a entender a tu entorno y a empatizar con la gente, pero claro, hay que darle tiempo. Eso es lo que yo recomendaría y seguramente te ordene todo este caos que nos circunda.

- Hemos dejado atrás la pandemia, y en su nuevo disco hablan de temas como el utilitarismo en las relaciones humanas o de las modas, aunque quizás con cierto contrapunto optimista tanto en letra como en música. ¿Cómo ha sido la evolución de temas y sonido a la hora de crear, hacia dónde cree que han ido en estos más de diez años juntos?

- Está siendo un viaje flipante que empezamos a los 39 años. Veníamos de llevar toda la vida a la música y es cierto que el antecesor de este disco era más denso, un disco que nació en una época un poco más oscura, cuando estábamos en la maldita pandemia, y en la postpandemia. Nosotros fuimos uno de los grupos que salió a girar, tratando de levantar a la gente cuando estaba sentada. Eran circunstancias totalmente distintas. Por las circunstancias sociales, creo que este es un disco mucho más luminoso, mucho más directo, es un bofetón y es un puñetazo en la mesa. Creo que hemos ido hacia algún tipo de luz. No es que estemos en el país de las maravillas pero, concretamente para los músicos, aquello fue una cosa terrible, porque no sabíamos si podríamos volver a tocar. No quiero volver a esa etapa, me quedo con la que estamos viviendo, con ver la cara de la gente. Estamos llenando las salas y felices.

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- Es difícil preguntar por sus favoritas cuando las diez nuevas canciones son 'hijas' suyas, así que le pregunto por lo que observan desde el escenario... ¿Notan que haya alguna que esté gustando más que las demás?

- Mis favoritas no te las voy a decir porque, como bien dices, son como hijos y eso es cruel preguntarlo (ríe). Pero sí notamos algo, tal vez porque haya sido el primer single de adelanto, con la canción 'En el festín'. Se la reconoce muy rápidamente y se monta la fiesta, es muy bonito. La gente se está volviendo muy loca también con 'Baile existencialista', pero lo cierto es que diría que el público está muy arriba todo el rato, lo notamos emocionado. Están funcionando muy bien.

- ¿Algún artista que escuchen o les inspire ahora mismo?

- Somos grandes consumidores de música y aquí cada uno te podría decir muchas respuestas. Yo sé que Boba está muy metido por ejemplo en el último trabajo de Jamie XX, Edu está explorando música con ondas, César y yo estamos descubriendo a un artista argentino clásico que se llama Charly García que me está volando la cabeza… Nos vamos cambiando música, y oímos muchísima. El disco de Carolina Durante nos flipa, nos gusta mucho Alcalá Norte, que son grandes amigos… Hay muchísima música, por eso a mí me jode este ritmo de consumo que nos imponen, es como tragarte una comida muy rica sin masticar, como engullir. Tenemos ahí nuestro pequeño menú, que va variando con los meses.

- Ahora la gira llega a Burgos, y el 7 de febrero vuelven a Valladolid. ¿Qué esperan de esos dos públicos?

Esperamos que se abriguen para venir al concierto, que luego ya se quitarán ropa, porque los vamos a hacer bailar y los vamos a hacer entrar en calor. Esperamos que sean shows como están siendo los de ahora, muy enérgicos, muy comunales. Se lo pasa tan bien el público como los músicos, y eso es impagable. Las actuaciones en directo son el último reducto que nos queda frente a la inteligencia artificial y cosas así, porque no se pueden emular, no se puede replicar lo que tienes en un concierto en directo, sea de rock o de música clásica, resulta casi mágico. Así que animo a toda la gente a que venga y a que se deje llevar por esa aventura y por esta sinfonía del caos.