La Junta vaticina que superará su previsión de crecimiento pese a la «desaceleración»

La ralentización de la evolución económica era algo con lo que ya contaba la Junta, dijo Carriedo. «Estaba previsto», ha considerado al explicar los datos de la Contabilidad Regional del tercer trimestre, donde el ascenso se redujo al 1,8 por ciento, siguiendo el compás marcado ya en el anterior trimestre. Se trata de la misma cifra que se registró a nivel estatal, pero superior a la que marcaron la UE y la zona euro, con apenas evolución (0,1). Los sectores de la construcción y los servicios son los que se salvan en este escenario, con crecimientos del 3 y el 2,8 por ciento, mientras que la industria echa también el freno, con un 0,5. «Todavía es una evolución positiva», ha expresado el consejero, antes de recordar que a nivel nacional este ámbito es un apartado que ya se encuentra en negativo.

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Además, fue el sector agrario el que aportó el «peor dato» al PIB regional con una caída del 8,5 por ciento respecto al año anterior. Un desplome que se suma a los ya padecidos en 2021 y 2022 y que se explica, dijo, porque la cosecha «fue negativa en volumen y precio». Así las cosas, lo «positivo», consideró Carriedo, es que la economía de Castilla y León «sigue creciendo» con un ritmo acumulado en los tres trimestres del 2,8 por ciento, «por encima de la media nacional» y de la Unión Europea, que previsiblemente se reducirá cuando se conozcan los datos del último tramo del año, donde el escenario de desaceleración será similar, según las previsiones del consejero.

Parecido será también el comportamiento de 2024, ha intuido Carriedo pese a no haber hecho aún una previsión oficial ante la falta de los presupuestos de la Comunidad del próximo ejercicio. No obstante, consideró que la Comunidad podría seguir creciendo, eso sí, «a menor ritmo». «Será difícil ver un dato tan negativo en el sector agrario», indicó al respecto, ya que en los dos ejercicios anteriores se han acumulado descensos.

Es la demanda interior la que sigue tirando de la economía regional, ha asegurado, mientras que la externa supone el 0,3 por ciento, debido, sobre todo, a las exportaciones. Un asunto en el que ha indicado que aún es pronto para saber si afectará la guerra en Israel y Palestina y donde lo «preocupante» es el rumbo de los «principales socios» de la Comunidad, que son los países de la Unión Europea. «Si a ellos les va mal, no es un buen dato», ha indicado Carriedo, que apostó en este punto por «explorar» nuevos mercados y zonas geográficas asegurando así el futuro de las ventas en el exterior.

Otro aspecto que inquieta en cuanto a la demanda interior es no tanto que las administraciones públicas hayan frenado su nivel de gasto tras una pandemia que obligó a incrementar esa partida, sino que el consumo de las familias «no remonta» y supone un 0,7 por ciento respecto al 2 por ciento de los poderes públicos.

En cuanto a la posibilidad de que las comunidades autónomas asuman las competencias en los servicios ferroviarios de cercanías, tal y como expresó el ministro de Transportes, Óscar Puente, el también portavoz de la Junta seguró que Castilla y León ve «irrenunciable» la «igualdad de trato». «No es tanto el techo competencial» ni asumir lo mismo que otros territorios tienen, explicó ante las declaraciones del ministro, sino que lo que le preocupa a la Junta es que se «garanticen las inversiones»en todos los territorios por igual. Así, insistió en que si se realizan importantes inversiones para otras autonomías, como los 6.000 millones de euros y un peso de acuerdo al porcentaje de peso del PIB para Cataluña, lo que desde Castilla y León se solicita es que que se destinen también para esta autonomía, que «tiene más territorio y extensión ferroviaria», concretó.