Un juicio por intento de asesinato confirma la presencia de una 'sucursal' de los Dominican Don't Play en Valladolid

Sin embargo, en volcado y análisis de los teléfonos móviles, en concreto el de Amador P. A. K, arroja que al menos el que es el único acusado que se sienta en el banquillo -hay otro procedimiento abierto en el Juzgado de menores contra otros dos chicos que no han alcanzado la mayoría de edad- sí tenía vinculación con los DDP. Así lo ha señalado uno de los agentes que ha testificado, encargado de esa evaluación de los datos del dispositivo, aunque entre el 2 de enero y las seis de la madrugada del día 7 -unas horas después de los hechos- «no» tuvo actividad, pues al parecer lo tenía «estropeado», lo que no ha permitido seguir la ubicación.

Sin embargo, encontraron «reiteradas» búsquedas referentes a grupos musicales de los DDP de Alcobendas (Madrid), así como video tutoriales sobre cómo cometer estafas por internet. También, ha detallado el agente, «varias conversaciones» en las que le advertían de que «podía haber 'trinis'» en Valladolid y que «tuviera cuidado».

En las calificaciones, el Ministerio Fiscal considera a Amador un «miembro activo» de los DDP, una banda latina «estructurada de forma jerárquica». La de Valladolid, ha apuntado el policía, funcionaría a modo de 'sucursal' de la de Alcobendas, con la que llegó a reunirse. En el grupo de WhatsApp discuten sobre quién debe hacer el viaje para verse con «los 'Tigres de Madrid'» e incluso tienen una conversación sobre la venta de uno de los patinetes eléctricos que, al parecer, tras la agresión, también se llevaron. Una operación que tiene que tener autorización superior de la estructura, a cambio de una cantidad de dinero en metálico y una pistola Taser.

Amador P. A. K, que este mes de febrero cumple 20 años, es el único acusado que se sienta en el banquillo y para el que la Fiscalía -única acusación, pues la supuesta víctima, Cristian, no se ha personado en el juicio y está en paradero desconocido- pide 21 años y seis meses de prisión -17 años por asesinato en grado de tentativa y cuatro años y seis meses por robo con violencia en un local abierto al público-.

Uno de los testigos -con una discapacidad cercana al 70 por ciento- ha confirmado que Amador -en prisión provisional y que ha asistido a las declaraciones sin apenas inmutarse- ha confirmado que fue el autor de uno de machetazos a la víctima, al parecer miembro afín a los Trinitarios. La que vio fue la que recibió en el hombro, aunque también tenía una en la cara, pero ninguna suponía riesgo vital, según los médicos que también han testificado. Eso sí, en el locutorio en el que ocurrieron los hechos -ubicado en la calle de Nicolás Salmerón y que solía ser punto de encuentro de Trinitarios- la escena que encontraron los agentes que acudieron fue la de que estaba todo «lleno de sangre».

Según ha recordado el testigo, que ha testificado protegido por una mapara, ese tarde-noche estaba con un amigo en un establecimiento de comida rápida del centro cuando llegaron otras cuatro personas a las que conocía su acompañante. Todos juntos caminaron hacia la zona de la plaza Circular, con rumbo al locutorio, pero, ha señalado, «al hablar se apartaban» y él no escuchaba sus conversaciones. Tampoco se acercó al local cuando vio que «sacaban machetes» que llevaban entre sus ropas, un bastón y un cuchillo.

«Yo no soy Trinitario», ha defendido otro de los testigos, conocido como 'Dogol', y quien estaba este día al frente del locutorio familiar en el que ocurrieron los hechos. «Todo» sucedió «muy rápido», ha señalado de ese día en el que, según ha apuntado, la víctima le dijo el había dado «el más blanquito», en alusión a los rasgos faciales de Amador. Fue por un vídeo que vio después, que supo que los DDP se dirigían allí provistos de machetes.

Sin haber llegado a testificar la víctima -en paradero desconocido- ni el acusado el juicio se ha suspendido hasta el jueves por la ausencia también de dos testigos, de los que al menos uno es «principal» en la causa, según la Fiscalía.