ruido blanco
Organice una boda
Pone a prueba la paciencia, confianza, valores y hasta el sentido común de los contrayentes
No compensa
La evolución contagiosa
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Iniciar sesiónTodavía no estoy en disposición de recomendar el matrimonio, deme para eso un puñado de años con alianza, pero puedo prescribir con entusiasmo que organice una boda. Hágalo una vez en la vida, hágalo incluso aunque no tenga la intención de casarse. La boda del ... siglo XXI es predictiva, un método de adivinación. La boda cristiana, de finca y cóctel, papeleo entre parroquias, arcos de flores, banquete y recena, tapa de tacones, pétalos en bolsa, autobús, photocall, lista decanciones y catálogo de mantelería. Esa boda evento de pareja, familiar y social (hoy no hablo de religión) es una reválida a nuestra existencia. Organice una boda si tiene curiosidad por saber quién es realmente. Es un carísimo test de Rorschach donde los novios describen en las manchas cómo será su futuro.
Planificar una boda pone a prueba la paciencia, confianza, valores y hasta el sentido común de los contrayentes. No lo cuentan en el curso prematrimonial pero el negocio nupcial es el mismísimo diablo desplegando tentaciones. Hay que ser fuerte para no caer en la necesidad sobrevenida de una foodtruck que reparta zumos fresquitos a la puerta de la iglesia o una hora más de barra libre, dj y derechos de la SGAE por otros pocos cientos de euros en una cuenta ansiosa por coleccionar ceros. Siéntese con su novia y apunten. Discutan y descarten. Endéudense. Así será la economía de su nuevo hogar. Pero un electrocardiograma a dúo todavía sería sencillo. Aquí hay más. La lista de invitados supone un inédito estudio genealógico del que brotan parientes. Una mañana de domingo uno se descubre investigando con lupa las fotos del bautizo. «¿Vosotros no lo hacéis así?». Le dices a ella y llega la revelación imprescindible de que no hay dos familias iguales. También es prueba de amistad, mejor que un ingreso largo en el hospital. Al precio que está el bodorrio si viene como poco te aprecia y si confirma pronto es de fiar. Organice una boda si tiene cojones. Huya de los wedding planner. Sea valiente. Y si a dos meses del enlace al mirarse aun se les achinan los ojos y les desborda dulce una sonrisa cómplice además cásese.
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