La izquierda exige a Mañueco en el Manifiesto de Villalar «librarse» de Vox

El texto arranca exigiendo ese respeto para la fiesta de Castilla y León y lamentando que «el Gobierno autonómico se haya obcecado en sacar la Fiesta de la campa de Villalar de los Comuneros apostando por su desmantelamiento». Por eso, los firmantes insisten en que «haga lo que haga la Junta, el espíritu de Villalar se va a mantener siempre», en palabras del alcalde. «Hay batallas que hay que dar aunque parezca que son imposibles de ganar y esa es la enseñanza que hemos heredado de los comuneros, cuyo espíritu hemos resucitado», añadió el secretario autonómico del PSOE, Luis Tudanca.

Los firmantes hicieron un llamamiento «a las gentes de Castilla y León para que vayan a la campa el 23 de abril a demostrar que, por más que lo intenten, no podrán arrebatarnos nuestra fiesta». «No vamos a permitirlo, nos enfrentaremos a quienes quieran acabar con los símbolos», señaló Tudanca, quien llamó a acudir al municipio vallisoletano y a «convivir con respeto».

El manifiesto de este 2024, como el del pasado año y el anterior, arremete especialmente contra Vox y se dirige al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, para exigirle que «se libre de su socio de gobierno y restituya la corrección política, el diálogo y la cordura». «No quieren a las personas migrantes, no quieren diversidad sexual, no quieren derechos ni justicia social», se recoge en el documento en referencia a los de Abascal, y se denuncia que «la parte del Ejecutivo de extrema derecha se encarga de extender el odio, la mentira y la inquina allí donde puede». «Las declaraciones altisonantes suelen salir de boca de la extrema derecha, pero la indolencia del PP le convierte en cómplice y encubridor», añaden

En esta línea, Tudanca advirtió durante la presentación de que «hay un retroceso histórico en esta tierra», crítica a la que se sumó el responsable de Unidas Podemos en la Comunidad, Pablo Fernández, para quien «es más importante que nunca reivindicar el espíritu de Villalar en un momento en el que la derecha y la extrema derecha están emponzoñando la convivencia».

Los colectivos de izquierdas lamentan en el manifiesto que «cada vez es más difícil mantener un diálogo mínimamente constructivo con este Gobierno, secuestrado por la radicalidad de los mensajes y los hechos de la extrema derecha». Además, se detiene especialmente en el conflicto del Serla (Servicio de Relaciones Laborales) «estrangulado económicamente por la Consejería de Empleo», al tiempo que se denuncia «el deterioro de la sanidad, con listas de espera interminables; que «la enseñanza pública pierde recursos a favor de la privada, mayoritariamente religiosa», y que «las residencias de personas mayores se han convertido en un cuantioso negocio».

El manifiesto incorpora en esta edición una nueva «afrenta», como así se califica a la ley de Concordia presentada por PP y Vox en las Cortes como proposición de ley. «Es un agravio real a la historia real. No hay equidistancia posible entre víctimas y verdugos salvo para quienes pertenecen a esta última casta», sentencian. Tampoco se olvidan de dos de los conflictos bélicos que asolan el mundo y, así, se recoge la «solidaridad con el pueblo palestino víctima de una agresión insoportable y genocida por parte de Israel», y se pide «el fin de la guerra en Ucrania provocada por la invasión de Rusia. «Es necesario posicionarnos claramente en contra del rearme y del incremento de las acciones que atentan contra el respeto a los derechos y libertades humanas», añaden.

El documento concluye señalando que «la intolerancia avanza y tenemos el deber de detenerla. Nos jugamos la justicia, la igualdad y la democracia en el envite»