POR MI VEREDA

Puñeta electoral en julio

Ir a votar un 23 de julio en España solo se puede entender desde la locura de alguien empeñado en tocar las narices al ciudadano hasta el último minuto

Pedro Sánchez anuncia el adelanto de las elecciones generales al 23 de julio EFE

Cualquier ciudadano que observe al personaje, sin necesidad de tener notables dotes para la psicología, podía suponer durante la noche del pasado domingo que la cornada infligida al PSOE iba a generar una reacción rápida en la maquiavélica mente de Pedro Sánchez. Porque el presidente ... sobre el hule de la enfermería quiere salir a por todas en la siguiente cita electoral, sin rastro de oposición en sus filas, para tratar de ganar y reeditar el Gobierno Frankestein. Cuando el actual inquilino de La Moncloa y buena parte de sus ministros no pueden salir a la calle por temor a pitidos y abucheos, salvo en actos ad hoc con militantes y no con ciudadanos, es porque tienen a la opinión pública en contra, por más que las terminales mediáticas afines y engrudo demoscópico de Tezanos se empeñen en vender otro mensaje.

De la sonada derrota salen unos cuantos damnificados. Guillermo Fernández Vara dice que se vuelve al Instituto de Medicina Legal de Badajoz a hacer autopsias, para reintegrarse en la sociedad civil. Óscar Puente se marcha de diputado al Congreso como cabeza de lista por Valladolid, porque lo de retornar a la abogacía, de entrada, no. Ya puestos con el negro, mejor el del esmoquin de la gala de los Goya que el de la toga. ¡Dónde va a parar! Reconforta comprobar la indignación los pocos socialistas que se atreven a criticar esta deriva, de Redondo Terreros a Corcuera o Leguina, quienes consideran que el adelanto de los comicios es una huida hacia adelante, que la carga ideológica impuesta por Podemos impide gestionar y, lo que resulta más grave, que el bronco tono en las palabras de Sánchez en recientes intervenciones recuerda al PSOE de los años 30. Sí, efectivamente, en los prolegómenos de la Guerra Civil y con figuras tan siniestras como Largo Caballero.

Tampoco se queda atrás el ex alcalde de La Coruña, Paco Vázquez, pues en su opinión «con este Gobierno se pone en entredicho la pureza del sistema electoral español», y la propia fecha señalada para los comicios ya representa de por sí un «intento de pucherazo». Porque lo de ir a votar un 23 de julio en España solo se puede entender desde la locura de alguien empeñado en tocar las narices al ciudadano hasta el último minuto. Como la logística electoral depende en gran medida de los municipios, otro alcalde, el de Tabera de Abajo, en Salamanca, José Antonio Sánchez Gil, se niega de momento a llevar a cabo el sorteo de la mesa para no fastidiar un tórrido domingo veraniego a dos vocales y un presidente –más los respectivos suplentes–que saldrán de entre los 110 vecinos censados. El regidor se muestra dispuesto a dar guerra ante la Junta Electoral, aunque todo quedará en una protesta por una situación muy frecuente en el medio rural. «No debemos depender de una persona que nos quiere hacer la puñeta», concluye.

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