POR MI VEREDA
Pajares, tierra firme
La ejecución de los túneles ha conllevado efectos colaterales nocivos en la Montaña Leonesa
Tiene razón Pablo
Cosas del cambio climático
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Iniciar sesiónComo nuestra clase política, da igual las siglas del partido, tiene el denominador común de la mediocridad, suele ocurrir que sus discursos o intervenciones públicas resultan a menudo de lo más previsible. Con un poco de imaginación, según la convocatoria, el lugar y la fecha, ... ya sabes lo que van a contar. Para eso tiran de guion y de argumentario con toda naturalidad, sin pararse a revisar nada, sin aportar un triste comentario personal a modo de 'morcilla', que hay que justificar los sueldazos de los asesores de comunicación, imagen, protocolo y otras monsergas, devenidos con frecuencia en palmeros incapaces de decirles a sus jefes lo que no quieren oír. Porque escuchar, más bien poco. Acabamos de comprobarlo en la apertura de la variante ferroviaria de Pajares. Tomaron la palabra Puente, Mañueco y Barbón para hablar de futuro, modernidad e impacto económico.
Luego vino la alocución del presidente Sánchez: apuesta para vertebrar España, llevar esperanza a «territorios postergados» por quienes se creen el centro del universo (sic), que puede ser aplicable a él mismo o una pullita a Isabel Díaz Ayuso, ausente en el acto de Oviedo por no estar invitada. También hubo una mención a Jovellanos, porque tan cerca de Gijón parece de justicia elemental hacerlo, pero sin profundizar en la Ilustración. Todo superficial, banal y facilón, como se estila. Además, dentro del esquema sota, caballo y rey, tuvo que salir a relucir una alusión a la tan traída y llevada transición ecológica, porque de lo contrario el autócrata de La Moncloa no duerme tranquilo. Pero esta cita, en ese escenario, resulta cuando menos chocante, sino imprudente, porque la ejecución de los túneles ha conllevado efectos colaterales nocivos en la Montaña Leonesa: las filtraciones de aguas subterráneas desde estas zonas hacia la vertiente asturiana, que comenzaron muy poco después del inicio de las obras, allá por 2004.
Lo saben bien los vecinos de Rodiezmo o Viadangos de Arbas, «territorios postergados» donde de un día para otro se secaron fuentes y manantiales. La magnitud del estropicio medioambiental está cuantificada: una fuga de 319 litros por segundo, que equivale a 10 hectómetros cúbicos al año o el consumo de una ciudad de 200.000 habitantes. Tanto es así que el Ministerio de Teresa Ribera, dilecta compañera de Sánchez, ha exigido medidas correctoras a Adif, para sellar las fracturas por donde se producen las pérdidas y restaurar los perjuicios causados en masas de agua tanto superficiales como subterráneas. La ejecución de la variante de Pajares tuvo que afrontar numerosas dificultades desde el principio por inundaciones, bolsas de metano, derrumbes de muros y pantallas, averías de maquinaria... Por arcanos sin resolver, los acuíferos y la geología pueden amargar el más sesudo proyecto de ingeniería moderna. Pero el presidente, con el barullo de veintidós ministerios y dependiente de más de media docena de partidos de diverso pelaje para gobernar, no repara en este tipo de detalles. Él pisa tierra firme.
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