Por mi vereda

De horizontes y protozoos

La naturaleza no se detiene ante límites administrativos, algo que siguen sin entender políticos y burócratas. ¡Qué poco hemos aprendido de la pandemia!

Vista del río a su paso por Tarazona EFE

07/10/2023 a las 21:10h.

Nos movemos oscilantes entre el horizonte de Yolanda Díaz, impulsora del comunismo de boutique con la personalidad más fatua/frívola del paisanaje político nacional en décadas –que ya es difícil, en vista del nivel actual–, y el horizonte apocalíptico del cambio climático con el que ... nos bombardean a diario. Nos pintan augurios que se van haciendo realidad. Riesgo de epidemias por zoonosis que saltan entre especies, y llega el Covid. Riesgo de muertes por problemas mentales, y aumentan los suicidios. Ojito con el peligro de la resistencia a los antibióticos, y mucha gente fallece por infecciones bacterianas que no responden al tratamiento. Mayor incidencia de fenómenos meteorológicos extremos, y tan pronto tenemos inundaciones derivadas de lluvias torrenciales como sequías.

De ese último escenario surge también una de las mayores preocupaciones de los científicos de cara al futuro, por sus repercusiones negativas en la salud pública: las dificultades de acceso al agua potable por el deterioro del medio ambiente. Es la situación que están padeciendo desde hace semanas los vecinos de Tarazona y algunos municipios aledaños por un episodio de contaminación en el río Queiles, del cual se abastecen, sin poder utilizar la del grifo. La presencia del protozoo Cryptosporidium detectada aguas arriba es la causante del brote de gastroenteritis que ha afectado a más de 500 personas, con cuadros de diarrea, calambres y dolores abdominales.

Mientras se agotan el Fortasec y el suero en las reboticas, porque el personal se va vareta, las indagaciones del Gobierno de Aragón apuntan a la piscifactoría de Vozmediano, en Soria, a la vera del Moncayo, como foco de origen. El parásito se halla en el medio acuático en forma de ooquiste, es difícil encontrarlo en los análisis de control rutinarios, y además resiste a la cloración. Sin embargo, desde la empresa propietaria de las instalaciones, dedicadas a la producción de trucha, se rechaza esta acusación «sin fundamento alguno» y se asegura, en vista de varios informes técnicos, que el protozoo se relaciona más con humanos y rumiantes que con truchas. En espera de determinar la procedencia exacta, aquí tenemos de nuevo un caso de descoordinación entre las administraciones, por esa visión aldeana propia de la taifa autonómica. El Queiles, en menos de cincuenta kilómetros de curso, pasa por tres comunidades –Castilla y León, Aragón y Navarra-, hasta tributar al Ebro. Menos mal que las confederaciones hidrográficas todavía dependen del Estado, a pesar de lo mucho que las reclamaban Lucas y Herrera en sus ratos de ocio. El protozoo circula por las aguas dulces con la misma libertad que las aves migratorias sobrevuelan España o el mosquito culicoides porta el virus de la enfermedad hemorrágica epizoótica, que se está cebando con nuestra cabaña de vacuno y ya ha llegado a Francia. La naturaleza no se detiene ante límites administrativos, algo que siguen sin entender políticos y burócratas. ¡Qué poco hemos aprendido de la pandemia!