por mi vereda
Firmamento 'made in' Soria
Esencia de la meseta castellana que une cielos y tierra
Hinojosa del Campo
Vivimos entre la inquietud por pellets de plástico que pueden aparecer en cualquier día incluso en el Lago de Sanabria, y el monumental aquelarre parlamentario del miércoles, con los de Junts crecidos y Sánchez arrastrado, unidos en la misma paranoia del poder. Pero por más ... que diga Emiliano, esto ya no se aguanta ni con camisa de fuerza. Por eso hay que quedarse con otros titulares. Por ejemplo, que la provincia de Soria se posiciona como el primer espacio natural protegido por la defensa del cielo nocturno en España. Es decir, hacer de la oscuridad natural virtud para acceder a la contemplación de las estrellas. Costumbre que lleva haciendo el hombre desde tiempo inmemorial, por mar y tierra, pero a fuerza del bombardeo tecnológico y la vida netamente urbana se pierde el hábito de salir al campo a observar los astros. Sin olvidar que, con la brutal contaminación lumínica que emiten las ciudades, no siempre resulta fácil encontrar un rincón adecuado para ver en agosto las lágrimas de San Lorenzo.
El hecho no es baladí. España sigue siendo uno de los países de Europa con más contaminación lumínica. Así, entre 1992 y 2017 el fenómeno creció de manera exponencial, con un aumento de no menos del 55 por ciento de media, cifra alarmante según investigadores del CSIC. A juicio de los astrofísicos, la utilización incorrecta de la iluminación artificial representa un serio problema ambiental. Más de lo que pensamos, porque el exceso de luz por la noche altera nuestro organismo en lo concerniente a los ritmos circadianos, y también el medio natural. Tanto vegetales como animales, porque muchas especies –sobre todo invertebrados- tienen actividad nocturna. Por tanto, la inmensa mayoría de la población no puede disfrutar del cielo estrellado: ni Osa Mayor, ni Osa Menor ni Oso Yogui. Un nicho que la Diputación de Soria quiere aprovechar mediante el fomento del astroturismo.
Porque hay vida más allá del torrezno, Antonio Machado, Leonor, Numancia, Calatañazor y la canción de Gabinete Caligari. A la espera de concluir la Autovía del Duero y contar con un tren moderno, la provincia más despoblada del país ha hecho un encomiable esfuerzo por la mejora lumínica de sus pueblos desde una perspectiva sostenible, sin ostentación, que permita contemplar la Vía Láctea. Algo tan natural, auténtico y primigenio que puede resultar un privilegio en la alocada vida del hombre del siglo XXI, muy alejado de la observación del cosmos y de la naturaleza. De hecho, en la próxima edición de Fitur la Diputación recibirá el certificado «Starlight» por su apuesta en esta materia, con el propósito de atraer visitantes que deseen disfrutar de esas noches estrelladas, frías, silentes, sin copas ni discotecas. El firmamento, esa bóveda celeste por donde se mueven los astros que citaba Lola Flores en 'Ay pena, penita, pena', tiene ahora unas vistas excepcionales desde la austera Soria. Esencia de la meseta castellana que une cielos y tierra.