EL OTERO
That's entertainment!
Los observadores más juiciosos coinciden en que esta riña brutal entre las grandes formaciones solo favorece a los partidos oportunistas y perjudica a la gente corriente
Carreteras desastrosas
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Iniciar sesiónEl teatro. «...Falsedad bien ensayada, estudiado simulacro». En la temporada que termina, La Moncloa no ha podido legislar y ha carecido, un año más, de presupuesto actualizado, enredada en un devenir narrativo de poca monta. Esa impresión de que importa más el «qué decir» que ... el «que hacer». La política, un subgénero de la industria del entretenimiento.
Escucho a Miriam Nogueras y me ratifico en que la gran desventura que nos asola es la ruptura del diálogo entre los grandes bloques, esa falta de puentes y de pontoneros que trabajen en la sostenibilidad económica del país, la de los jóvenes humillados por los precios de la vivienda y las grandes reformas, siempre necesarias, nunca posibles. Los observadores más juiciosos coinciden en que esta riña brutal entre las grandes formaciones solo favorece a los partidos oportunistas y perjudica a la gente corriente. El dinero gastado en la organización de la Conferencia de Presidentes el 6 de junio en Barcelona, otro de los grandes fracasos de la temporada, debería contabilizarse como malversación.
El año político comenzó con VOX saliendo en patera de los gobiernos autonómicos y acaba con Silvia Clemente regalando sandías en un mercado de Valladolid. Luis Tudanca convocó en noviembre unas primarias que tuvo que revocar porque Cerdán se lo ordenó: meses más tarde, uno está en el Senado y el otro en la celda. Los giros de los guionistas nunca defraudan.
En la España cuyos precios ponen los turistas pero pagamos los españoles, dicen que la economía, la taquilla del teatrillo, va tan bien, que el resto no importa, «vayan días y vengan ollas», que ya lo dijo Sancho Panza. De nuevo parece que este año hemos olvidado que las reformas de calado se hacen cuando las cosas van bien para cuando vayan mal. La deuda ha seguido subiendo en medio de una potente presión fiscal que, lejos de reducirse, crece y crece. Ha sido la temporada de pagar y seguir pagando. Así que termina este curso político con la intriga en su clímax.
Pero «the show must go on». Un «spoiler»: Castilla y León protagonizará el gran monólogo electoral cuyo resultado se puede predecir, pero en el mundo del espectáculo no hay certezas. Una producción de precursores cuyos protagonistas llevarán el peso de la trama nacional sobre sus roles autonómicos. Todos mirando hacia aquí. Y el zozobrante gobierno de la Moncloa estará al socaire de la última sorpresa de un guión que escriben a cuatro manos los jueces y los guardias (civiles). No faltará entretenimiento. La política se ha convertido en eso. That's Entertainment!
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