EL OTERO
El corresponsal
«Esos corresponsales han protegido siempre estos territorios como los que más»
'Step it up', Europa

Semana Santa era una de las épocas del año en que provincias pequeñas como las de Castilla y León salían por la tele nacional de aquel blanco y negro de los años sesenta. De tal suerte que, por ejemplo, de Palencia se decía que, durante ... el año, no salía ni en los mapas del tiempo. Otras tenían algo más de fortuna, como la 'hollywoodiense' Segovia, donde Cándido rompía platos mientras Dalí le apuntaba con sus bigotes. Para que nuestra región saliera en la tele nacional, tenía que quemarse la catedral de León o hundirse una urbanización en Los Ángeles de San Rafael.
Así que, por las ciudades, pululaban fotógrafos dotados de tomavistas, que acudían a los eventos en calidad de corresponsales (muchos, BBC genuina, de bautizos, bodas y comuniones). Sus imágenes constituían el mayor factor reputacional de las provincias de entonces, cuando solo había una televisión pública con audiencias de decenas de millones. Como eran tiempos de cine, no de vídeo, las películas viajaban en coches de línea, trenes correo y una multitud de ingeniosos procedimientos para que las latas llegaran a Prado del Rey. Cuando aparecían en un evento, el público les seguía para ver si colaban su sonrisa en algún plano, por no decir el gobernador civil o el obispo, siempre más pendientes del ojo de la lente que del ojo de la gente.
Una exposición está homenajeando estos días a uno de ellos: 'Fernando Bellver Acevedo. Fotoperiodista' rinde homenaje, en el Archivo Histórico de Palencia, al que fue corresponsal de Televisión Española y de la Agencia EFE en los años sesenta y setenta. Decenas de fotografías recuerdan a la gente de aquel entonces en sus pequeños grandes acontecimientos, con el brazo incorrupto de Santa Teresa procesionando por las calles, o Tico Medina transmitiendo desde la catedral, o aquellos incendios y descarrilamientos. La memoria se ha puesto a cultivar aquellos recuerdos pequeños, y ahora se convierten en testigos gigantes de una época ceñida al origen mismo de lo que somos.
Esos corresponsales han protegido siempre estos territorios como los que más, y su precariedad laboriosa -ese currar todos los días, de lunes a domingo, a tanto la pieza- ha sido una forma de defensa de estas tierras de interior más que muchas otras. Vaya nuestro homenaje a la memoria del retrato de un tiempo pasado, que fue nuestro tiempo primero.
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