EL OTERO
La clave
La Generación X lo vincula con las protestas, la clandestinidad y la lucha antifranquista. Y hay un Franco difuso para 'millennials' y 'centennials'
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Iniciar sesiónEl jueves serán ya cincuentones los nacidos ese día, el mismo que murió Franco. Tan maduros han de ser quienes cumplen años como riguroso debe ser nuestro análisis de ese tiempo, particularmente en Castilla y León: Burgos, capital de la España sublevada durante la guerra, ... y Salamanca, centro de mando militar. No vale el maniqueísmo si queremos responder a la verdad histórica.
Castilla la Vieja guarda memoria de las Hermandades de Labradores, los silos, el IRYDA, los pueblos de colonización, los Polos de Desarrollo, Endesa, Iberduero, la FASA de Valladolid. Esa fue la vida de generaciones que vivieron el régimen como respuesta a los problemas de una España empobrecida tras la guerra. Esa era una España de gente sencilla, que no necesitaba otro régimen porque el de Franco era todo lo que ellos conocían.
Pero hacer historia exige rigor sin renunciar a la verdad completa. Hay un Franco para los niños de la posguerra, marcados por el hambre y la represión; otro para los 'baby boomers', que crecieron con el desarrollo económico conseguido a costa de la libertad, pero sólido y fructífero para personas que recuerdan qué felices fueron en los sesenta. No hay nada funesto ni aciago en la memoria de millones de personas sencillas de esa época que ahora se están jubilando. La Generación X lo vincula con las protestas, la clandestinidad y la lucha antifranquista. Y hay un Franco difuso para 'millennials' y 'centennials'. Podrían confundirlo con un futbolista o con el nombre de una moneda.
El rigor histórico exige respeto y contexto: a quienes sufrieron cárcel y exilio, a quienes renunciaron a la venganza, a quienes intentaron cambiar las cosas desde dentro. Hubo un tiempo en que TVE emitía 'La Clave'. Vi uno de sus programas en el que Serrano Suñer, Fernández Cuesta, Pilar Primo de Rivera, José Prat y Aranguren hablaban sobre José Antonio con una armonía sin vencedores ni vencidos en un tono en que hoy son incapaces de interlocutar nuestros políticos actuales. Esa fue la clave de la Transición. El revisionismo hace de la historia rehén de ideólogos tan profundos como un charco. Por el contrario debe ser ejercicio de justicia, verdad y madurez colectiva. Sobre el epitafio de Suárez en Ávila: 'La concordia fue posible'.
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