el otero
Aquel 28-M
Las elecciones autonómicas y municipales de 1995 constituyeron un ajuste de cuentas histórico, la frontera entre un antes y un después
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Iniciar sesiónEste miércoles se cumplen 30 años del gran terremoto, aquella tremenda sacudida que provocaría el tsunami que, un año más tarde, arrasaría con el mismísimo Felipe González. Las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo de 1995 constituyeron un ajuste de cuentas histórico, la ... frontera entre un antes y un después: el final del gobierno del PSOE en los términos en que lo formuló el clan de la 'foto de la tortilla', y el comienzo de la era del PP con el advenimiento de aquel grupo de gente de Valladolid, encabezado por José María Aznar.
Ese día empezó el lío. En Castilla y León, la conmoción se sintió sobre todo en las alcaldías. Se fueron al banquillo Tomás Rodríguez Bolaños, Heliodoro Gallego, Jesús Málaga o Juan Morano, y emergieron otros que perdurarán, como Javier León de la Riva o Julián Lanzarote. Y, sobre las Cortes regionales, Lucas pudo declarar esa noche aquello de: «Ahora, en La Moncloa, no solo me oirán, también me tendrán que escuchar». 50 escaños.
El mundo era muy distinto. España, más aún. Hay que volver a la hemeroteca porque el pasado encierra valores de máxima utilidad para enfocar el presente. En ese momento, la disrupción digital todavía no había asestado a la civilización su golpe de polarización, fruto de la desintermediación que ha propiciado con su pátina de impulsividad. Era aún tiempo de mayorías posibles, de liderazgos específicos, tiempos en que unos ganaban las elecciones y otros las perdían.
Aquel 28-M generó una fuerza centrífuga que, brotando de las instituciones locales, alcanzó las altas instancias de la nación. Treinta años después, hay algunas fichas que siguen en la misma casilla. Y España va tomando la forma de un Estado dual, con una potente base local y regional de un cromatismo distinto al estatal. Se diría que el impulso de la nación surgirá del choque entre autonomías y gobierno central, y que, en lo sucesivo, la hegemonía será imposible.
Así que estos días conviene regresar a aquella primavera de 1995, a una España que ha cambiado mucho: el Madrid iba primero en la liga, pero el Coruña era segundo y el Zaragoza, cuarto. ¿Cambiado? Bueno, igual no tanto: el Pucela era penúltimo. Y en el cine ponían 'Astérix en América'. Como ahora.
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