Identifican a tres estafadores que vendieron a varios ancianos «filtros milagrosos» para el agua de grifo

Agentes de la Policía Nacional de Burgos han sido los encargados de la investigación de delitos contra la propiedad, en la que han trabajado durante varios meses. En cada uno de los nueve casos, denunciados desde 2023, se sonsacó al comprador de los falsos filtros entre 2.199 y 5.277 euros.

Las tres personas investigadas, a quienes se imputa un delito continuado de estafa, presentan un destacado historial delictivo. La mujer ha sido detenida en 14 ocasiones previas, por hechos tan variados como robos con violencia, robo con fuerza, contra la salud pública, o malos tratos en el ámbito familiar, entre otros. Por su parte, los varones ostentan tres y dos antecedentes policiales anteriores respectivamente.

Su 'modus operandi' para conseguir que les compraran filtros para el agua a precios abusivos, tal y como aclaran fuentes policiales en un comunicado, se basaba en presentarse en los domicilios como comerciales y sobre todo en la realización en su presencia de un «test de pureza del agua corriente». Se trata de una prueba viciada en la que, a través una reacción química conocida como electrólisis, enturbiaban el agua de los hogares «al hacerla circular por un dispositivo eléctrico que ellos mismos presentan ante las víctimas como un 'detector de impurezas'».

«No es otra cosa que la reacción de un cilindro ferroso dentro de un aparato con conexión a la corriente eléctrica que, al entrar en contacto con el agua, reacciona a sus sales minerales, comenzando a oxidarse», aclara Policía Nacional.

Para rematar el efecto, los estafadores repetían la prueba con agua que ellos mismos traían -probablemente agua destilada- que, al paso por el dispositivo no se tornaba oscura, sino que permanecía clara y limpia. En ese momento les manifestaban que esta «ya había sido tratada con su filtro purificador», que garantizaba su «salubridad» para el consumo.

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De esta forma, los timadores conseguían «meterles el miedo en el cuerpo», pues además previamente se había fijado como objetivo a víctimas consideradas «más fácilmente manipulables y susceptibles en cuestiones de salud». Para conseguir que firmaran los documentos que les comprometían con el pago de tan caros filtros, sólo añadían retórica, facilidades de pago y las promesas de evitación de problemas de salud.

Además, los filtros de agua adquiridos no fueron vendidos a un precio fijo, sino que los investigados los marcaban tras sonsacar información sobre la capacidad económica de las propias víctimas. Para mayor perjuicio, en ocasiones la venta de los filtros citados se acompañaba de compromisos de compra de otros productos, principalmente enciclopedias, en ocasiones sin ser informados.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado previenen de esta clase de estafa frente a su proliferación, en especial al colectivo de personas mayores, objetivo principal de estos delincuentes.