El hospital, 'escuela' internacional de médicos
Profesionales y residentes de otros países acuden «cada vez más» a centros de la Comunidad y al extranjero para formarse en cirugías y técnicas punteras y modernas
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Son esenciales para la sanidad y la salud de las personas, pero también son fundamentales para la formación de los nuevos médicos y para el intercambio de conocimiento entre sanitarios de diferentes países. Así, los hospitales se han convertido, además, en 'escuela' para profesionales que ... acuden de distintas partes del mundo para aprender técnicas y cirugías modernas o avances en distintas patologías. También los sanitarios de la Comunidad acuden a centros de otras naciones para poder implantar en la Comunidad los procedimientos más novedosos y con buenos resultados que se realizan en otros puntos del planeta. Se trata de una especie de Erasmus –el programa de movilidad internacional de estudiantes universitarios–, con diferentes opciones para los médicos en las que participan tanto sanitarios ya en ejercicio y con una trayectoria laboral o los residentes en sus últimos años de formación en hospital.
Es el caso de varios centros de Castilla y León que participan en distintas iniciativas de este tipo desde hace un tiempo y acogen cada año a profesionales internacionales interesados en formarse en sus especialidades y cirugías más destacadas. Por ejemplo, en el Río Hortega de Valladolid recientemente dos médicos japoneses han finalizado una estancia de tres meses en el Servicio de Digestivo para conocer y profundizar en la técnica de la endoscopia centrada en problemas complejos de vesícula o páncreas. Este es uno de los procedimientos que ha despertado también el interés de pasar un tiempo en el Río Hortega de sanitarios ya ejerciendo procedentes de Suiza o Noruega. También de Alberto, médico italiano en su último año de residencia que ha pasado estos meses en Valladolid, gracias a una de las estancias formativas que concede el Ministerio. «Escogí España y en concreto Valladolid porque es uno de los mejores lugares para formarme en mi especialidad», explica. Sobre todo para conocer la «endoscopia avanzada» de páncreas y biliar, en la que el Río Hortega es uno «de los centros más importantes» gracias a la labor del jefe de Servicio de Digestivo, el doctor Manuel Pérez-Miranda. «Es conocido en todo el mundo», explica sobre este profesional que ha recibido varios premios y del que ahora aprenden otros sanitarios de todo el planeta.
En los cuatro meses que ha pasado en la capital vallisoletana, Alberto, que está realizando su residencia en Padua, al norte de Italia, ha coincidido en su formación con doctores ya ejerciendo en Chile y con los médicos japoneses. «Tienen gente de todo el planeta que pasa aquí tres y cuatro meses», explica. Y el balance, a punto de culminar su estancia, es «muy positivo». «Hacen un número muy elevado de pruebas», muchas más que en el hospital del que procede y eso les sirve «para aprender» los detalles de una técnica que trasladará en el futuro a su centro asistencial en Italia.
De referencia
Lo mismo ocurre en la especialidad de Urología, de referencia internacional, que suma cada vez más facultativos del exterior que quieren formarse, sobre todo, en técnicas como la laparoscopia o la cirugía robótica que se utiliza en procesos oncológicos.
El centro vallisoletano participa además en el programa Atlantis, con estudiantes con Estados Unidos y Canadá, y también en el HOPE, de intercambio de profesionales sanitarios, al estilo Erasmus. En el año que acaba de terminar ha sido anfitrión junto al de Segovia y Salamanca para acoger a doce sanitarios europeos que han rotado por diversos centros sanitarios. Los participantes procedían de Bélgica, Finlandia, Italia, Portugal, Reino Unido y Serbia y el objetivo es una «mejor comprensión de los sistemas de salud y hospitalarios en la Unión Europea», según apuntaba el Ministerio del ramo. De forma simultánea, once profesionales españoles, incluidos de Castilla y León, acudieron a otros países con esa misma meta.
La doctora Rosa Ibán Ochoa es jefe de estudios del Hospital Río Hortega y, además, médico de Urgencias. Se encarga de coordinar todos los programas de formación, a través de los cuales llegan médicos –también psicólogos y enfermeros– y residentes de los últimos años para aprender en distintas especialidades. «Suelen venir a conocer técnicas de digestivo, urología, y otorrino. A veces también quirúrgica o para patologías muy concretas», detalla. «Últimamente vienen muchas personas a psicología, psquiatría y salud mental. Sobre todo en el ámbito de psicoanálisis porque aquí hay una unidad puntera», señala.
«Cada vez son más», explica, y entre ellos hay «estancias formativas de residentes, pero también de adjuntos de fuera de Castilla y León que quieren formarse aquí con nosotros». «Lo bueno de que vengan del exterior o que nosotros salgamos es que hacemos también contactos para nuevas líneas de investigación o para conocer tecnologías e ir aprendiendo en conjunto», apunta Iban.
Sobre todo, «por el idioma», se interesan muchos médicos de Portugal, Italia y Latinoamérica y tienen «varios casos de hispanos que se están formando en Rusia». «Esto es bueno para aprender mutuamente», dice convencida. «Cuando recibes personal de fuera te obligas a estar al día para poder enseñarles, pero los que vienen de fuera también te aportan», explica.
La vuelta
Lo «positivo» del personal que va al exterior es que «al volver trasladan al resto del servicio lo que han aprendido: las técnicas, la investigación o, incluso, la forma de gestionar un servicio». Salen también hacia «servicios de referencia» de otros hospitales. «Ahora mismo tenemos una oncóloga en Londres», indica, antes de recordar que una de las mejoras que se hizo en el programa de fidelización para retener a los MIR en Castilla y León es la posibilidad de realizar una de estas estancias formativas en el extranjero o en otras comunidades.

Agustina es psicóloga y se encuentra en su tercer año de residencia en Mendoza (Argentina) y decidió salir para mejorar su especialización. «Escogí Valladolid por el doctor José María Álvarez, un psicólogo clínico que es muy conocido en mi país», expresa. Ya conocía sus libros y se interesó por «estudiar psicopatología a través de su mirada, más alejada de los manuales diagnósticos», indica tras varios meses de estancia en el Río Hortega. Y es que precisamente esta especialidad es una de las que más profesionales internacionales atrae en los últimos tiempos, sobre todo de Latinoamérica. «He conocido a otros dos chicos de Argentina estando aquí», relata. Llegó en septiembre y partirá en febrero. Cinco meses que le han permitido observar que la de aquí «es una manera diferente de trabajar». «Aquí hay atención ambulatoria y hay un seguimiento muy importante por parte de la enfermería especializada», explica al hablar de una «experiencia positiva» tanto en lo «personal como lo profesional».
En el otro extremo está Lorena Caballero, neuróloga del Hospital de Segovia que acaba de llegar de Toulose (Francia), donde ha ahondado en la subespecialización de los trastornos del movimiento durante dos meses. En su caso, accedió a esta movilidad a través del programa de fidelización. «Sabía que era un sitio bastante bueno, así que lo solicité», detalla. «Está a la última y tiene un carácter muy docente», reconoce tras una experiencia que califica como «muy positiva». «Casi tendría que ser obligatorio formarse un tiempo en el exterior», manifiesta convencida. Y es que no es solo la posibilidad de profundizar en un área clínica, sino también de ver «diferentes formas de trabajar o gestionar». «Se dice que la Medicina es algo global y lo es, pero hay distintas formas de hacer las cosas», considera. En lo profesional, destaca que la estancia le ha servido para «hacer contactos» y para posibles «publicaciones» e investigaciones.
Coincide en la mayor parte de los argumentos Elodia Bernabeú, residente de último año en la especialidad de Geriatría en el Hospital de Segovia. Dos meses pasó en el Merce's Institute For Succesfull Ageing de Dublín (Irlanda), uno de los centros punteros de su rama sanitaria. «Es como un oasis dentro de la geriatría. Un edificio entero dedicado a la atención al mayor y con distintas disciplinas, como terapeutas, logopedas, neurólogos o psiquiatras, pero también clínicas dentro del mismo edificio». Fue, además, una «grata sorpresa» cuando describrió que allí se estaba utilizando musicoterapia con los pacientes. Elodia, originaria de Alicante, estudió Medicina en Murcia. Es además violinista profesional y pudo realizar un «pequeño proyecto de investigación» al respecto. Ha sido «inspirador» porque hasta ahora no me había planteado la «musicoterapia en serio». Ahora sabe que es un camino por explorar y en el que se puede avanzar.
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