Se hizo el milagro: Valladolid vive su Procesión General de la Sagrada Pasión
Las 20 cofradías, con sus pasos escultóricos, han podido salir a la calle tras una hora de aplazamiento por el riesgo de lluvia
Fernández Lubiano clama por la «necesaria paz que nunca llega» durante su Sermón de las Siete Palabras
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Iniciar sesiónHa sido más un Domingo de Resurrección que un Viernes Santo a tenor del júbilo con el que cofrades, vallisoletanos y turistas han participado de la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor. Una tarde que ha transcurrido mirando al cielo, móvil en ... mano para seguir al minuto las previsiones climatológicas, en una ciudad con las calles del centro llenas y con largas colas en las iglesias, sobre todo en las sedes penitenciales, y una pregunta suspendida en el aire: «¿Saldrá la procesión?».
Pues sí, ha salido, aunque después de horas de incertidumbre y tras una reunión urgente de la Junta de Cofradías a las seis de la tarde (la salida estaba prevista para las siete y media) que acordó retrasar una hora el desfile procesional porque, según los satélites, hasta las ocho y media había riesgo de lluvia. Y la hubo, pero fueron cuatro gotas aisladas que lo único que hicieron fue sembrar el miedo entre los capillitas a que finalmente no se pudiesen sacar los 33 pasos a la calle, sobre todo los que son propiedad del Museo Nacional de Escultura, como el Cristo de la Luz y algunos de los que desfilan con la Cofradía de las Siete Palabras, porque los técnicos lo desaconsejasen para evitar daños en caso de lluvia.
A las ocho ya se ha empezado a oír a las bandas de música marcando el paso para que las imágenes saliesen de las penitenciales. Una primera señal de que, después de una semana casi en blanco en la capital vallisoletana, en la que sólo salieron completas las procesiones del lunes, (el martes Angustias hizo un pequeño recorrido y el miércoles el Nazareno sólo pudo llegar hasta la Vera Cruz) al menos, la General, la que revive la Pasión y Muerte de Jesucristo, iba a completarse.
Veinte cofradías con sus pasos, desde la Sagrada Cena hasta la Soledad de la Virgen María, han vuelto a mostrar al mundo por qué se dice que esta procesión es «un museo al aire libre», toda una manifestación artística y de fe que han hecho posible las gubias de Gregorio Fernández, Juan de Juni o Francisco del Rincón, entre otros.
Muchas personas en las calles, en una fría noche, deseosas de ver una planta procesional que pocos esperaban que se pudiese organizar y, mucho menos, recorrer el centro de Valladolid. Desde la calle Angustias, a la Plaza Mayor, para seguir por Plaza España y Duque de la Victoria hasta finalizar a la puerta de la Iglesia de las Angustias con el canto de la Salve Popular.
El desfile contó con la participación de la corporación municipal, encabezada por el alcalde, Jesús Julio Carnero, además del arzobispo, Luis Argüello, y el nuncio apostólico del Sumo Pontífice en España, Bernardito de Auza, así como seis embajadores de tres contenientes.
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