Helena Pimenta: «La prisa a la que estamos abocados no es útil para la vida»
La dramaturga salmantina recibe este jueves el Premio de Honor de las Artes Escénicas de Castilla y León
El legado de Helena Pimenta
Valladolid
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Iniciar sesión«Impresionada» por haber sido elegida para estrenar la nómina de los Premios de las Artes Escénicas de Castilla y León, en la categoría de 'Honor', la directora de escena y dramaturga salmantina se siente «muy honrada» por que el reconocimiento venga de su tierra. ... El próximo jueves 16 de octubre recibirá en el Teatro Principal de Burgos un galardón que sumará a una gran lista, entre los que se incluyen el Nacional de Teatro o el concedido por el Festival de Almagro, que reconocen su trayectoria en una profesión de la que sigue disfrutando «muchísimo».
-¿Qué le supone recibir este Premio de Honor de las Artes Escénicas de Castilla y León?
-Me impresiona el hecho de que sean los primeros y me parece estupendo que hayan decidido organizarlos y que esperen de ellos historia, porque siempre será importante para las artes escénicas de Castilla y León. Me siento muy honrada, lógicamente, porque vienen de mi tierra de origen y es algo muy especial. Luego, tiene ese carácter también de sumar experiencia y ser recopilatorio de una trayectoria.
-Hoy es una de las voces más relevantes y respetadas de la escena española, pero cuando usted comenzó prácticamente no había mujeres dirigiendo. ¿Recuerda que esta condición le dificultara especialmente la labor?
-Sí, por supuesto. Claro que cuando eres joven te atreves con todo y eres un poco temeraria en tus actitudes. Tuve la suerte de contar con el equipo cercano de mi compañía, que nunca puso obstáculos a la autoridad que supone dirigir, pero es cierto que en aquel momento yo no encontraba a mi alrededor modelos. Y sí era extraño que llegaras a algunos lugares y te aceptaran la autoridad que te correspondía como responsable del espectáculo. Luego, había una parte de una misma que reflejaba esa presión exterior, y a veces te sentías como incapaz de enfrentar los retos. Es decir, había un cúmulo de cosas que lo hacían bastante difícil, pero estuve bien acompañada y fui dando pasos. Tenía ganas de luchar por ello y a pesar de los obstáculos pude hacerlo.
-¿Ha cambiado el panorama?
-En cuanto a la presencia femenina, cambió mucho desde que implantaron los estudios reglados en dirección de escena. Otra cosa es que tengan la posibilidad de ejercer todo el tiempo porque el teatro es una carrera de larguísimo recorrido y no es fácil. Pero en este momento hay directoras. En Castilla y León tenemos pruebas clarísimas. Ana Zamora es una directora que admiro y respeto mucho.
-¿En qué momento tuvo claro que lo quería dejar todo por el teatro?
-Creo que allá por el año 1978. Estaba en Rentería, que era donde me habían destinado como profesora de instituto, y empezaba a hacer mis pinitos en el teatro, todavía amateur. Notaba que me gustaba mucho, aunque también me pasaba con la enseñanza, pero comprendí que las dos cosas se iban a obstaculizar la una a la otra, así que me lo planteé como un reto total. Pensé que tenía que experimentarlo a fondo porque si no no iba a saber si lo podía hacer. Fue un poco locura.
Helena Pimenta, Premio de Honor de las artes escénicas de la Comunidad
ABCEl Teatro Principal de Burgos acogerá el 16 de octubre la entrega de los galardones a los mejores espectáculos, que fallará un jurado formado por ocho profesionales
-Dejó las aulas como profesora pero su labor pedagógica ha continuado en escuelas, en la universidad... ¿Le duele que se dé tan poca trascendencia a las humanidades?
-Sí, porque vengo de ese mundo y porque cada vez que me enfrento a problemas de la vida diaria necesito de determinadas materias para poder pensar, gestionar sentimientos y emociones e incluso dar respuestas lógicas. Creo que algo tan intangible como las humanidades es absolutamente necesario para la solvencia y la solidez del carácter y la personalidad. Pero siempre se vive en contradicciones. Se potencian otras materias y sin embargo se es consciente, en general, de la necesidad del pensamiento, el diálogo y la tolerancia. Tenemos ese desequilibrio. El mundo tiene que ser práctico, todo va muy deprisa, pero sabemos que el individualismo y la prisa a la que estamos abocados no son elementos útiles para la vida.
-Es una de las mayores especialistas en la obra de William Shakespeare. ¿Cómo es ese minucioso trabajo de descodificar un texto de tantos siglos atrás para actualizar su mensaje?
-Es un trabajo de lupa. Es coger el texto original e ir descubriendo primero la superficie y luego las capas profundas y es en estas donde se encuentran los mensajes universales y lo que une los siglos XVI y XVII con el nuestro. Y creo que tanto Shakespeare como los clásicos españoles, que luego he estudiado mucho, tienen mucho en común el descubrir el alma humana y comprenderla de una forma poderosa. Son autores en los que cada época encuentra en ellos las explicaciones que necesita. No es un argumento solo lo que te cuentan, sino que su trabajo con el lenguaje y cómo unen las piezas para construir una obra hace que entren en lugares muy profundos del alma humana. Si nos servimos de ellos somos capaces de encontrar respuestas porque nos podemos hacer preguntas.
-¿Qué retos tiene hoy por delante el teatro español?
-¡Muchos! No olvidar nunca el respeto al oficio de todos los que participan en el hecho teatral. Y cuando hablo de respeto hablo de que haya trabajo y que se pueda ejercer. Creo que es un reto muy complicado, pero necesitamos una mirada comprometida. Y eso está vinculado a una protección mayor en los circuitos de exhibición, que es muy irregular porque depende de zonas. Para mí, el teatro no es solo entretenimiento; es compromiso con la sociedad que te rodea.
-¿Sigue disfrutando como el primer día de su trabajo?
-Sí. A veces cuando sueño cosas bonitas y me río soñando me imagino ensayando o que estoy jugando al balonmano, que era lo que hacía cuando era muy joven en Salamanca (ríe). Disfruto muchísimo. Soy feliz. Mi pasión es grande. Adoro el trabajo con los actores, con los creativos. Me encanta la relación con el público, las noches en las que tengo dudas de qué puedo ofrecer. Me siento muy orgullosa de haber tenido la oportunidad de descubrir el mundo del teatro y hacer una carrera en la que he podido conectar con el público.
-¿Nos puede decir alguno de los proyectos en los que está implicada?
-Estoy en dos que me atraen muchísimo pero no puedo comunicarlos todavía. Sigo activa, pero no me interesa hacer muchas cosas. Dedico mucho tiempo a cada espectáculo y necesito energía y horas para estudiar, así que no quiero correr. Quiero elegir y hacerlo muy bien.
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