Resacón en Moncloa
Desde hace tiempo lo que es de dudosa reputación no es la vida laboral de estas señoras, sino la ética de sus señorías
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Iniciar sesiónNadie ha hecho tanto por visibilizar la prostitución en España como el PSOE. Querían abolirla en septiembre en el Congreso mientras Tito Berni, onanista del escaño socialista, la aprobaba por las noches. Y qué noches aquellas… Todo era ejemplaridad, servicio público, entrega y transparencia. Su ... señoría, un santo de la democracia, patrón del feminismo. Y se llevaba a alguno de sus compañeros del grupo porque lo mío era suyo y lo de usted también; la noche y el poder. El Ejecutivo, digo. Por suerte todavía nos queda la ley.
El PSOE, es ese partido que tumbó el gobierno de Mariano Rajoy porque la corrupción del PP no se podía tolerar. Pero desde que Pedro Sánchez llegó a Moncloa le salen al paso escándalos de corrupción de los suyos y aquí está: de escayola, más que de mármol, porque el PSOE se dedica a desarrollar la estrategia de «este muerto está muy vivo». Es decir, respiran artificialmente desde hace meses –Tezanos les insufla el CIS por el gaznate cada quince o veinte días–, pero ellos siguen como si aquí no hubiese pasado nada.
Porque para ser socialista hay que ver la corrupción en el ojo ajeno, pero nunca en los ERE de Andalucía. Ellos eran Robin Hood, robaban el dinero, que no es de nadie –menos de los desempleados y mucho menos de quien lo cotizó– para dárselo a los demás que, casualidades, siempre son los suyos. Y ahora Tito Berni no aceptaba mordidas a cambio de concesiones, claro, sino que ejercía de misionero tratando de rescatar de todos los burdeles de Madrid a estas chicas a las que la escuela pública, la privada y el PP les falló.
Así se entiende a la perfección que el PSOE esté tan empeñado en cambiar España, sobre todo si la España que frecuentan sus diputados es la de la marginalidad… Esa del margen turbio de la ley que se muerde la cola entre la cocaína y la prostitución. Iba a tener razón Guerra cuando dijo aquello de que a España no la iba a conocer ni la madre que la parió, lo que no se imaginaba él es que al PSOE, treinta años después, tampoco. Si la Moncloa no fuera de escayola esta semana habrían amanecido de resaca y con vergüenza otra vez, pero la culpa siempre es de los otros: de aquellos que no se van de putas, de los autónomos que no pagan suficiente cada trimestre, de los que se quejan de que la rebaja del IVA de los alimentos básicos no se nota, del columnista que escribe, de usted, lector que todavía insiste en leer.
Se está poniendo interesantísimo el próximo 8 de marzo. A ver con qué cara se pone Irene Montero detrás de una pancarta después de haber logrado que rebajen las penas o excarcelen a más de quinientos violadores y delincuentes sexuales por la dejadez en sus funciones. Sólo podría mejorarlo si a su lado lleva a Tito Berni, firme defensor de la vida alegre entre mujeres tristes.
Desde hace tiempo lo que es de dudosa reputación no es la vida laboral de estas señoras, sino la ética de sus señorías.
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