Unos pocos principios
Los partidos, como los hombres, conviene que tengan principios. No muchos, unos pocos, pero que los lleven limpios y planchados siempre
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Iniciar sesiónEl PP está reinventando el PP, como esos hombres que al cumplir los cincuenta se ponen pelo, bótox, o mejor, una moto, porque no quieren parecerse a ellos, sino a cualquier otro. Eso le pasa al PP con Feijóo, que no se encuentra. Más que ... deconstruir el PP para buscarle la esencia, lo está desarmando por piezas para buscarle las tripas con la esperanza de que al reconstruirlo saldrá un partido político y no dos. O tres. Ahora el PP no quiere ser conservador, no sabe qué quiere ser, pero no conservador. Quizá aproveche para ocupar el hueco del Partido Socialista mientras Pedro Sánchez tiene a los suyos de rehén.
Los partidos, como los hombres, conviene que tengan principios. No muchos, unos pocos, pero que los lleven limpios y planchados siempre. Porque se puede cambiar de vaqueros, de corbata, pero los principios… Los tipos que cambian de principios y de amigos cada cuatro años nunca fueron de fiar. No se puede defender la vida hoy sí, mañana no y pasado decir que el aborto es un derecho, pero no un derecho fundamental. Menos mal. Los líderes gallegos son así. Y al PP le viene bien la ambigüedad porque no quiere ganar posicionándose en nada que no sea una tabla de Excel y una reforma laboral. Lo mismo en ayuntamientos, diputaciones y comunidades que en Moncloa. Por eso los candidatos son tan sólo tenderos que venden el género que les llega cada mañana fresco desde Génova. Si hoy el aborto nos va bien, pues es lo que se pone en el escaparate; si mañana el PP vuelve a ser conservador, lo ponen de oferta. Y mientras tanto, al votante le hacen un lío porque los populares quieren alejarse de los de Abascal y dejan a los suyos pensando que lo conservador es ser de Vox. Nada más lejos de la realidad.
El problema del PP, como del resto de partidos políticos, es que no le gusta pensar. Al PSOE le gusta gastar, al PP hacer tablas de Excel para devolverle a Europa el dinero que el socialismo se funde, a Podemos… a Podemos no le gusta nada. Y a los nacionalistas –vascos y catalanes– que no cambie nada para que ellos puedan seguir viviendo igual. Por eso en Génova no quieren ideólogos, sino economistas. Porque hacer que las cuentas cuadren es mucho más sencillo que saber hacia dónde va un país. Hacer que las cuentas cuadren es asunto de contables, transformar la sociedad es cuestión de liderazgo, y de eso estamos muy escasos desde hace tiempo.
No entiende el PP que a sus votantes les preocupan sobre todo las cuentas, pero que centrarse sólo en eso es como encontrar una novia guapa y sin conversación. Eso dura lo que dura: una legislatura. Para gobernar, lo mismo que para enamorarse, conviene algo más.
Desconfío de los tipos que se pasan la vida con una sola opinión, pero valoro a los que se mantienen fieles a unos pocos principios.
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