Suscribete a
ABC Premium

La noche de los demócratas fijos discontinuos

Pedro quiere ser emperador y como ha leído todo por encima, piensa que para serlo hay que ir desnudo por la vida

Pedro Sánchez firma un ejemplar de su libro, 'Manual de resistencia', en un acto este sábado en Valencia EP
Guillermo Garabito

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La culpa siempre es de los demás: de la oposición, que son unos golpistas, de los jueces, que son unos fascistas, de los periodistas que señalan sus tropelías, de los juristas de España que no entienden la caligrafía de Irene Montero y mucho menos su ... chapuza legal. De los cenáculos de Madrid, de un señor de Murcia, de cualquier psicólogo que no les diga lo que quieren oír aunque le paguen un extra o le metan a trabajar en Moncloa. De los idus de marzo, incluso en diciembre. De todos los que habían dejado atrás la Guerra Civil, por no querer hacer más sangre. De los que dicen que se están gastando los fondos europeos en hacerle un lifting al Gobierno y de los que no quieren que sobre Cataluña decidan sólo los independentistas. La culpa es de los autónomos, que no trabajan lo suficiente para sostener veintidós ministerios, la legión de asesores que lleva el presidente por corte y el traje que le están haciendo los nacionalistas como el del emperador. Porque Pedro Sánchez no quiere derrocar la monarquía y trocarla en una república que presida él… Pedro quiere ser emperador y como ha leído todo por encima–a los clásicos, la Constitución, lo que juró el día que asumió el cargo… –piensa que para serlo hay que ir desnudo por la vida. Y va desnudo de vergüenzas, de principios y de cualquier remordimiento. La culpa es de los funcionarios también, que no entienden que el sueldo no se lo paga el Estado –es decir nosotros–, sino Pedro Sánchez.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia