BUENOS DÍAS, VIETNAM
Mojigatos
Creen que la igualdad es pedir cimbreles para todos, mientras hacen de cada culo un mundo y se les escapan los violadores por las rendijas de su nueva legalidad
La próxima medida novedosísima del Ministerio de Igualdad será recuperar las duchas de agua fría y anunciar en proféticas campañas que tocarse puede provocar ceguera. Será España entonces un país de tuertos, más que de ciegos, porque aquí nadie dice la verdad. El de Irene ... Montero es un ministerio dirigido por mojigatos, frígidos y, por encima de todo, los depravados que son incapaces de mirar una obra de arte sin buscarle tres pies al gato, un trasero a cada curva y una discriminación por cada colectivo. Ellos, que en 'Las señoritas de Avignon' no ven un cuadro sino cinco mujeres, con sus senos cubistas, por pixelar. ¡Píxeles para todos, como burkas! Qué se tape un poco la Libertad. Un abrigo para la Maja, que es diciembre y gobierna Podemos. Un curso de nuevas masculinidades para Sorolla, que pintaba desnudos con fruición. Y un fiscal de menores que prenda la hoguera para Baltus y sus lolitas porque no se puede tolerar.
No tienen ni idea de lo que es la belleza porque todo les parece pecado: un pecado legal que hay que tipificar, perseguir y purgar. No saben del erotismo, de la carne y ni siquiera intuyen el amor. Nada saben del hombre y mucho menos de la mujer. Creen que la igualdad es pedir cimbreles para todos, mientras hacen de cada culo un mundo y se les escapan los violadores por las rendijas de su nueva legalidad. Todos ellos, los mismos mojigatos tibios que le pondrían una hoja de parra al David de Miguel Ángel y pedirían cárcel para Bernini por esculpir desnuda a Proserpina si la historia les diese la oportunidad.
El otro día amenazaron a una bodega del Bierzo por carta por usar de etiqueta de sus vinos un cuadro de una mujer en bikini de espaldas. No les azuzaron el infierno de Dante, sino el infierno moderno que es el BOE. Ahora piden disculpas porque la gente –que todavía se acuerda de que existe el arte y la libertad– se les echó encima, aunque siguen sin comprender nada. Si por ellos fuese habría que pintarle la falda más larga a la 'Venus de Urbino' de Tiziano, ponerle una rebequita a las chicas que Modigliani pintaba en Pigalle y a la mujer con sombrero de la que cantaba Silvio Rodríguez un cinturón de castidad…
Quieren prohibir todo lo que no entienden, que no se pinte, ni se fotografíe, lo que desconocen. Quieren devolvernos a la España triste de los años cincuenta donde para ver una rodilla había que irse a Perpiñán.