Dos grandes incendios han arrasado más del 5% de la provincia de Zamora

Y el 'tajo' dado por el fuego es grande. Más de 56.000 hectáreas reducidas a cenizas en seis días de ignición sin tregua –tres para consumir 25.000 en el primero y otros tantos para abrasar 31.000 en Losacio, en el que ya forma parte del triste podium de los más extenso de España– hasta que las elevadas temperaturas y fuertes y cambiantes vientos permitieron que el trabajo del operativo de extinción diera sus frutos, aunque el riesgo de reproducción sigue ahí. A vista desde el espacio por el satélite Copernicus, la mancha negra supone más del cinco por ciento de la provincia. 560 kilómetros cuadrados de los algo más de 10.000 por los que se extiende Zamora se han fundido al negro. Entre las cenizas queda la cuna del lobo, que tiene en esta Reserva Natural uno de sus principales hogares, donde habitaban ocho manadas de esta especie protegida. Se ha quemado también la casa de cientos de cérvidos, algunos carbonizados y otros exhaustos buscando agua y comida. Colmenas que producían la apreciada miel 'origen Zamora' que se han perdido y cuyas abejas tendrán que trashumar buscando flores en las que libar. Insectos, mantis religiosas, mariposas, culebras... No todos pudieron huir.

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Clara Rodríguez Miguélez

El humo todavía marca el lugar de la tragedia. Por segunda vez en pocas semanas, las llamas consumen la provincia de Zamora con uno de los peores incendios de España que los vecinos no logran apartar de sus pesadillas

En la larga lista de daños, también instalaciones ganaderas, decenas de reses que no pudieron escapar ni ser salvadas, decenas de rebaños de ovino, caprino y bovino que comían un pasto que ahora es ceniza... Y en la tierra yerma no habrá cosecha en los castaños y ya saben que su apreciado boletus, otra de las riquezas de esta tierra micológica, no saldrá en años....

«Es una tragedia, una catástrofe», resume el presidente de la Diputación de Zamora, Francisco Requejo, con el lamento compartido por el terreno que ha quedado baldío y «muchísima gente que ha perdido su modo de vida». Por eso, pide a «todas» las instituciones dar «el do de pecho» y urge las ayudas prometidas. «Que lleguen de manera rápida, ágil, efectiva. Cuando lo necesitamos es ahora«, recalca, alzando la voz a favor de una tierra a la que han abrasado dos de los más graves incendios vividos en este aciago verano y para la que el daño causado supone echar más sal a la herida a la despoblación.

«Que miren a los zamoranos a los ojos, no de soslayo», reclama para poner el foco en la necesidad de ayudar a lo que se ha convertido en una gran macha negra, que se ha comido más del cinco por ciento de la provincia de Zamora. Junto a otros incendios vividos este año, los cálculos de la Coordinadora Rural de Zamora elevan a más de 62.000 las hectáreas afectadas. 620 kilómetros cuadrados, tanto como que hubiese sido víctima de las llamas todo Madrid capital.

Sólo entre los dos grandes incendios en menos de un mes –el de la sierra de la Culebra y el de Losacio– se anotan más de una cuarta parte de las casi 200.000 hectáreas que según el sistema europeo de medición de incendios EFFIS han ardido este año en España y hacen de Zamora la provincia más castigada por las llamas. Más de 51.000 hectáreas de paisaje prácticamente lunar salpicadas de pueblos que sí se han logrado salvar, aunque con daños en casas más apartadas y el fuego llamando a las puertas de las primeras construcciones. Lo chamuscado equivale a más de una cuarta parte de la provincia de Guipúzcoa o haber fundido al negro el Parque Nacional de Doñana.