'Genarín' vuelve a lo grande: León recupera su procesión pagana

Si en 2022 León recuperó la mayor parte de los actos de su Semana Santa, su procesión pagana -que cada año cita a unos 20.000 fieles llegados de diferentes puntos de la geografía nacional- se mantuvo a la espera. Genaro, la Muerte, la Moncha y la Cuba no salieron a la calle y los devotos de Genarín se quedaron con las ganas de vivir su gran fiesta por considerar entonces que la situación sanitaria impedía todavía celebrarla como era costumbre. Ahora, el regreso «era obligado», apuntó hace unos días el abad de la Cofradía, Maxi Barthe, y León recuperará su Entierro de Genarín, que se llevará a cabo con algunas novedades.

La Plaza del Grano no será el punto de partida de la procesión para respetar este espacio y la comitiva saldrá de Puerta Moneda. Parece que también se prescindirá de la tradicional ofrenda que depositaba el hermano escalador en la muralla, al estar la zona en obras en el punto en el que Genaro Blanco encontró la muerte atropellado por La Bonifacia, el primer camión de la basura de la ciudad.

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Aún así, lo más probable es que el 'santo' no se quede sin su corona de laurel, sus naranjas, su pan con queso y su botella de orujo, y que estas ofrendas las reciba en otro punto cercano, frente a las escaleras de Archivo.

Con este par de cambios en su recorrido, «la más atípica procesión de la Semana Santa Leonesa», según se indica desde su propia Cofradía, saldrá de nuevo con su cortejo y León volverá a festejar en ella la figura del «viejo pellejero, borrachín y putero», fallecido en 1929 y «que llenó de anécdotas y chascarrillos a la ciudad en los años 20, haciéndose merecedor de un recuerdo eterno a través de la más surrealista y onírica de las procesiones de la Semana Santa leonesa». La tradición de honrar su memoria arrancó solo un año después de su muerte y, desde entonces, ha ido citando a cada vez más fieles que, a partir de las doce de la noche y, como dice el verso que se aplaude cuando llega el momento de la ofrenda: «siguiendo sus costumbres, que nunca fueron un lujo», beben «en su memoria, una copina de orujo. ¡VIVA GENARO!».