El 'fuego amigo' que 'quema' a Tudanca
El líder del PSOE de Castilla y León acumula afrentas provenientes de sus propias filas desde que amagó con dimitir tras la derrota electoral de 2022
El secretario general de PSOE de Castilla y León, en una imagen de archivo
Si el secretario autonómico del PSOE, Luis Tudanca, echara ahora la vista atrás hasta aquella dolorosa noche electoral del 13 de febrero de 2022 en la que amagó con dejar la dirección del partido, quizás su decisión final de continuar no se habría ... producido. Es sólo una mera hipótesis, pero lo llamativo es que ese portazo que no dio tendría mucho más que ver en estos momentos con el 'fuego amigo' que 'quema' al político burgalés que con ser el líder de la oposición de la primera Comunidad en la que PP y Vox conformaban un gobierno de coalición o con haber intentado sin éxito ser hasta cinco veces presidente de la Junta.
Y es que la frustración que se deslizaba en las palabras que trasladó dos días después de que la Diputación de León sacara adelante la controvertida moción en favor de la autonomía leonesa tiene un porqué y llega tras un cúmulo de incómodas circunstancias provocadas por los 'suyos' que han ido minando la moral de un político que llegó a ser protagonista de un triunfo histórico -y finalmente amargo- de su formación allá por 2019.
Aunque no todo lo que ha tenido que 'tragar' Tudanca tiene un único responsable, los movimientos del secretario provincial del PSOE de León, el también diputado nacional Javier Alfonso Cendón, ejercen prácticamente de hilo conductor de los males que padece el burgalés con la única explicación lógica de querer provocar su relevo más pronto que tarde. Poco, o más bien nada, tuvo que ver con las primeras decisiones que soliviantaron al eterno candidato.
Relación con la dirección federal
Ni cuando a finales de 2022 el Ejecutivo planteó la modificación a la baja del delito de malversación -hoy en plena ejecución- que Tudanca rechazó de plano ni pocos meses más tarde cuando se sintió «enormemente decepcionado e indignado» después de que el partido decidiera imponer candidatos a las generales por Ávila y Valladolid frente al criterio de la formación en la Comunidad.
Luego, sí. Muy bien relacionado en Madrid, Cendón tiró de esa confianza para ser clave en el cambio de delegado del Gobierno en la Comunidad. A espaldas de Tudanca, consiguió que Nicanor Sen, su vicesecretario en León, se convirtiera en la cara visible del Ejecutivo en la Comunidad en lugar de la soriana Virginia Barcones que, ya como directora general en el Ministerio del Interior y tras algún distanciamiento, se mantuvo fiel a su jefe de filas como número dos del PSCL.
Si la 'jugada' molestó, dolió aún más que se sumara a otra idéntica y simultánea pero con el sello en este caso del entonces flamante nuevo ministro de Transportes, Óscar Puente. El exalcalde de Valladolid también movió ficha para que el que fuera su responsable informático en el Consistorio, Jacinto Canales, ascendiera a nuevo subdelegado.
Tudanca se quedaba arrinconado en un partido para el que nunca ha sido una pieza clave pero al que al menos se le agradecían los servicios prestados en forma de defensa (casi) absoluta de los cambiantes postulados del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
Con dosis de rebeldía, contraatacó con dos decisiones controvertidas con las que pretendía volver a 'empoderarse'. Primero no dudó en fichar para su Ejecutiva a la leonesa Andrea Fernández tras ser apartada de la Federal. Distanciada de Cendón, la joven diputada sí encontraba cariño y acomodo en el principal órgano de gobierno del PSOE de Castilla y León. La segunda medida fue la de degradar en la dirección del Grupo Parlamentario a la procuradora Nuria Rubio.
Otra fiesta
Mano derecha del que se ha convertido en una especie de pesadilla del también portavoz socialista en las Cortes, a la leonesa se le retiró el sueldo que recibía como liberada. Sin embargo, retar a quien tiene el apoyo del 'aparato' no suele ser una gran idea. Tras trasladar a la opinión pública -sin perder las formas- el malestar del PSOE de León por el 'castigo', su líder no tuvo reparos en elevar las hostilidades. De nuevo en unas elecciones, en este caso las europeas, el también leonés Ibán García del Blanco se quedaba fuera de las listas después de que el partido autonómico le hubiera avalado para repetir.
Días más tarde y en plena ofensiva del PSCL contra la Junta por su gestión de de Villalar, Cendón y Rubio comparecían por sorpresa delante de la Basílica de San Isidoro para proponer una segunda fiesta de la Comunidad con la que conmemorar cada 18 de abril el origen leonés de las primeras cortes democráticas. Sin palabras se quedaron Tudanca y su entorno en un principio hasta que consiguió argumentar que era necesario que se pronunciaran las instituciones leonesas al respecto antes de cualquier avance en este sentido.
Lo que quizás no tuvo en cuenta es que pocas semanas más tarde la Diputación de León, en cumplimiento del pacto con UPL que le dio el mando de la institución al PSOE, iba a aprobar con los votos de los socialistas -tras el visto bueno de Cendón- la moción proautonomía leonesa que hace más de cuatro años puso de 'moda' el alcalde capitalino, el socialista díscolo José Antonio Diez, al que no tardaron entonces en reprender desde Ferraz
Esta vez, para sorpresa y desesperación de Tudanca, no fue así y hasta desde el Gobierno -incluido el pucelano Puente- se veía «legítima» la iniciativa en otra muestra más de que su opinión ya no se escucha. La otra vallisoletana del Ejecutivo, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, a la que no se deja de apuntar como sucesora de Tudanca y a la que se le puede ver y escuchar cada semana en su ciudad, tampoco le echó un capote.
Fue la burgalesa Esther Peña, también portavoz de la Ejecutiva Federal, la que finalmente enfrió la propuesta de romper la Comunidad, pero sólo después de que su paisano se viera prácticamente obligado a exteriorizar la desazón que le persigue a través de su particular carta a la ciudadanía que, muy a su pesar, le colocó incluso al frente de una reivindicación que nunca ha compartido. Y es que a perro flaco...