Fantasmas y castillos (VI)

La espada encantada de los Sarmiento y sus largos lamentos

Fue una magnífica fortaleza palentina del siglo XV por el grosor de sus muros: el arma de acero apareció clavada por la empuñadura y con el filo hacia afuera en el cubo Sudeste

Venenos letales, grandes fastos y cercos por amor en la fortaleza de Coca

Vista antigua del Castillo de los Sarmiento FUNDACIÓN JOAQUÍN DÍAZ

David Felipe Arranz

Valladolid

12/05/2025 a las 09:45h.

La inquietante leyenda de la espada clavada en el muro del Castillo de los Sarmiento –Fuentes de Valdepero (Palencia)–, símbolo de poder y jurisdicción criminal, parece cobrar mayor veracidad a medida que surgen más interpretaciones que incluyen su uso para las ejecuciones de los ... enemigos. La espada estaba clavada por la empuñadura en el cubo del Sudeste, entre los escudos de los Sarmiento, y para algunos historiadores podría representar la autoridad del señor del castillo servir incluso para ejecutar condenados, que eran lanzados desde las almenas del cubo a ras de muralla para morir allí por la fuerza de la gravedad, loncheados por su hoja de acero indestructible. Pero el protagonismo de la espada no termina ahí, porque incluye un posible papel en la revuelta de los Comuneros, en 1521, contra el obispo Acuña.

Hacia 1830, cuando se decidió realizar varios agujeros en el torreón para convertirlo en un palomar, el arma se retiró y se encontró un pergamino oculto, enrollado en su empuñadura, según refiere Ricardo Becerro de Bengoa en el 'Libro de Palencia (1874)'. Antes, el 'Diccionario' de Pascual Madoz (1846-1850) ya mencionaba «un escudo de armas con preciosas molduras y en medio de ellas está clavada una espada de acero». Conocida entre los palentinos como «la espada misteriosa», que sabían incrustada en el citado cubo del Sudeste y entre las dos célebres rodelas de los Sarmiento, con su hoja de acero y su silueta familiar sobresaliendo del muro, jamás se supo dónde fue a parar. ¿Acaso Fuentes de Valdepero quiso borrar el pasado sanguinario de su señor y fundador?

La espada misteriosa se asocia con figuras como Bernardo del Carpio y se dice que vibraba y emitía lamentos desasosegantes durante las tormentas, atribuidos a las almas en pena de sus víctimas. Además, se cuenta que al golpear la espada con una piedra, esta producía un sonido escalofriante que aterrorizaba a sus habitantes. Unos atribuyen su posesión al conde de Saldaña, Sancho Díaz, padre de Bernardo del Carpio, figura histórica y legendaria y sobrino de Alfonso II rey de Oviedo. Y otros la vinculan directamente con Bernardo del Carpio, héroe de la batalla de Roncesvalles (808), conocido por su valentía en la épica medieval y por unirse a las tropas musulmanas del rey moro de Zaragoza Marsilio, célebre personaje del Cantar de Roldán (c. 1150).

También Durandarte, la espada de Roldán, caído en un duelo épico durante la batalla de Roncesvalles a manos del mencionado Bernardo del Carpio en el año 788, dicen que estuvo incrustada y sujeta con una cadena en el monasterio medieval de Rocamadour durante nueve siglos, a las puertas de la iglesia de San Miguel. En 2011 el Ayuntamiento de la localidad la cedió al Museo Cluny de París. En cambio, nuestra ululante espada se ha perdido para siempre, y aún hoy, en los alrededores de la fortaleza, especialmente a los pies de la torre, los lugareños aseguran escuchar los lamentos de cientos de decapitados que provienen de su hoja... ya invisible. O, tal vez, se trate de los gritos ahogados de los espíritus de los ajusticiados que quedaron descuartizados sobre el foso castellano. Quién sabe.