Enrique Cornejo ya es Hijo Predilecto de la Ciudad de Valladolid: «La culpa es vuestra, amigos»

Enrique Cornejo ha recordado que su «retorno» a Valladolid fue «hace 15 o 16 años» cuando poco después de haber recibido la Medalla de Oro provincial optó, tras la reinauguración del Teatro Zorrilla, concurrir a su gestión. «El destino quiso que fuera yo su director, labor a la que me he entregado en cuerpo y alma», ha sostenido el empresario, quien también ha recordado su posterior implicación con la puesta en marcha del Premio Internacional de Poesía José Zorrilla, «hoy, uno de los más importantes en España».

En este sentido, ha recordado la labor que en él tienen Jesús Fonseca, Carlos Aganzo, Fermín Herrero y tantos otros amigos suyos, y ha subrayado la necesidad de que la sociedad «consuma» cultura literaria, siendo la poesía «una de sus mejores expresiones».

Recordando a quienes le precedieron en este reconocimiento, entre quienes ha citado a Jorge Guillén, Rosa Chacel, Francisco Pino y Miguel Delibes, ha confesado que aceptaba el nombramiento «porque amo a Valladolid» y ha agradecido al primer edil y la Corporación que con él hayan llevado a cabo «una obra de caridad hacia quien está a punto de concluir su carrera».

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Por su parte, el alcalde Jesús Julio Carnero ha recordado que su propuesta de este nombramiento obtuvo en pleno el respaldo unánime de todos los grupos «y esto, en política, no acontece habitualmente», y ha recordado que desde el inicio de la democracia han sido «muy pocos» los «privilegiados» vallisoletanos que han recibido la distinción. Asimismo, ha resaltado los «méritos» del gestor cultural, su «amor al teatro, a la poesía y a todos los aspectos solidarios y de compromiso social con la ciudad de Valladolid». Antes de concluir su intervención, el regidor ha utilizado un acróstico para definir al ya 'Hijo Predilecto de la Ciudad' mencionando los términos ceremonioso, amistad, boxeo, amante, libertad, literatura, entereza, romántico y obstinado, con cuya primera inicial se forma la palabra «caballero», que bien define al condecorado, a juicio de Carnero, pues Enrique Cornejo, «que dice antes Valladolid que los buenos días» es «todo un caballero en la manera de ser, de estar y de comportarse.