Emprendimiento europeo y en femenino

Se trata del programa 'Breakers', promovido por la Escuela de Organización Industrial, con fondos europeos 'Next Generation', canalizados por la administración general del Estado y en colaboración con el Grupo de Acción Local Agalsa, en el caso de la Sierra de la Demanda, y el Centro Europeo de Empresas e Innovación en el caso de la capital burgalesa.

Así, quince mujeres participantes en este programa de colaboración han estado formándose en Pradoluengo y trabajando en sus proyectos, pero también diseñando mejoras en la red de 'coworking' de la comarca de la sierra de la Demanda. El grupo de Acción Local Agalsa decidió destinar las seis horas de aportación de cada una de las participantes a un «reto local» a captar sus propuestas e ideas para aprovechar mejor los espacios de 'coworking' de la zona para plantear una oferta de mezcla de trabajo y vacaciones.

El técnico de Agalsa, Javier Ruiz, considera «un atractivo añadido trabajar por la mañana y aprovechar las tardes para visitar el entorno, donde se encuentran, por ejemplo, los yacimientos de Atapuerca o el museo y los yacimientos de icnitas de dinosaurios del entorno de Salas de los Infantes«.

Las participantes en el programa procedían de Croacia, Portugal, Italia, República Checa, Finlandia, Rumanía, Alemania, Suiza y Eslovaquia. Forman parte de cerca de un millar de mujeres emprendedoras europeas que se han repartido en 27 destinos en España.

La última fase del programa europeo en España, con más de 400 participantes, ha dejado dos grupos en Burgos, en la capital y en Pradoluengo. «Han elegido Pradoluengo porque no querían las distracciones que habrían encontrado en otros destinos que se ofertaban en el programa, entre ellos Madrid, Sevilla o Málaga«, destacaba al respecto Javier Ruiz.

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Las participantes representan negocios muy distintos, desde la cosmética natural al emprendimiento social, la cultura, la sostenibilidad o el sector primario ecológico. Sus proyectos también están en diferentes momentos de madurez, desde poco más que una idea hasta iniciativas que llevan tres o cuatro años funcionando, «lo que hace que el intercambio de experiencias sea enriquecedor».

Tras un mes de estancia en Burgos capital, otras quince emprendedoras europeas del programa 'Breakers' han concluido que el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación y el fomento del diálogo intergeneracional pueden ser dos herramientas útiles contra la soledad no deseada. Son dos de las seis propuestas que han elaborado dentro de este programa, que les ha llevado a mantener varias reuniones con el Ayuntamiento de Burgos y asistir al Consejo local de personas mayores.

También han planteado la necesidad de aumentar la investigación para identificar las necesidades de las personas que sufren este problema, fundamentalmente las de edad avanzada; elaborar políticas específicas a partir de la participación significativa de personas mayores; explorar formas para fomentar la conexión en los vecindarios; y animar a la iniciativa privada para que aporte también soluciones.

Se trata de jóvenes emprendedoras, con negocios en proyecto o creado recientemente en materia de servicios, fundamentalmente en temas sociales, Tecnología de la Información y la Comunicación y formación.

El técnico del Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI), Javier Sardiñas, ha recordado que este programa, en cuya segunda fase del año participan cuatrocientas mujeres europeas, persigue que puedan avanzar en sus proyectos y colaboren en la solución de un reto local, que en este caso ha sido la soledad no deseada. El programa está impulsado, con fondos 'Next Generation', por el Ministerio de Industria de España e Impact Hub, que, en este caso, tienen como socio local al CEEI.

El vicealcalde de Burgos, Fernando Martínez-Acitores, ha destacado la buena impresión que ha causado a las participantes en esta iniciativa europea el programa municipal de 'Envejecimiento activo', en el que se incluye una oferta de 140 actividades para personas mayores. Ha insistido en la importancia de estas actividades en una ciudad como Burgos, con 35.200 personas de más de 65 años, lo que supone un 20% de la población, de las que 145 tienen más de cien años.