Los embalses del Duero ganan agua solo en enero como para llenar Riaño
La sucesión de borrascas en un mes «muy húmedo» aporta un total de 658 hectómetros cúbicos y eleva ya hasta el 72,5% lo almacenado, con 5.510
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Los embalses de la Cuenca del Duero se encuentran a más del 72% de su capacidad
Floriane, Garoe, Herminia, Ivo... Así, todas subidas en un tren que casi no ha dado tregua para guardar el paraguas en un enero pasado literalmente por agua. Y una tras otra, las borrascas han ido descargando su carga de agua. Lluvia, y en algunos ... lugares hasta más o menos generosos mantos de nieve, que además de provocar charcos y obligar a rescatar del armario chubasqueros y katiuskas, se han dejado notar en unos agradecidos embalses, que no lograban repuntar. Hasta 658 hectómetros cúbicos han ganado en el primer mes del año los de la cuenca del Duero –la principal que cubre Castilla y León–. ¿Y es mucho? Pues todo lo acumulado en el mismo punto daría para llenar, y de sobra, el embalse leonés de Riaño, el de mayor capacidad de los que gestiona la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).
«Muy húmedo». Así califica la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) a enero, que dejó un superávit de un 54 por ciento respecto al valor medio para un primer mes del año. Tan generoso que ha permitido saciar la sed que acumulaban los pantanos, que desde que el 1 de octubre comenzó al año hidrológico ya casi se habían olvidado de lo que es recibir aportaciones. Y es que octubre arrancó abundante, «húmedo» en el oeste y suroeste de la Comunidad y hasta «muy húmedo» en general en el resto, incluso con puntos del este de Soria y Segovia y centro de Burgos y Palencia como «extremadamente húmedo». Casi 18 días se registraron precipitaciones apreciables, con un valor acumulado de hasta un 57 por ciento superior al promedio de este mes. Pero a partir de ahí, casi nada de nada. Noviembre entre «seco» y «muy seco» en la mayor parte de Castilla y León, según los datos de la Aemet y cinco días contados de agua. Y diciembre no llegó mejor. Ni cuatro días llovió, dejando un balance de «muy seco» y hasta «extremadamente seco» y con un déficit de precipitación acumulada del 73 por ciento.
Así que como agua de mayo en enero han recibido los embalses la sucesión de borrascas, que en el primer mes del año han aportado a sus vasos cuatro veces más que en la suma del último trimestre del pasado año. De los 817 hectómetros que han 'crecido' desde que arrancó el año hidrológico, sólo 159 lo hicieron entre octubre y diciembre, mientras que los 658 restantes han llegado en enero.
Los del Duero suponen el 17,6 por ciento de las reservas hídricas 'ganadas' en el inicio de 2025 en el conjunto de embalses de la España peninsular, según los datos del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. En este periodo se han llenado con 3.737 hectómetros cúbicos más, pasando de almacenar 28.954 el 1 de enero a 32.691, según los últimos datos, correspondientes a principios de semana. Están, de media, al 58,3 por ciento de su capacidad, con grandes diferencias entre cuencas, que van desde el escaso 20 por ciento de la del Segura a rozar el lleno en las del norte.
Los del Duero, sólo en la última semana han recogido 397 hectómetros de agua a mayores de la que ya tenían (5,2 por ciento), hasta los 5.510. Están al 72,5 por ciento de sus 7.600 hectómetros cúbicos de capacidad, cinco puntos porcentuales por encima de cómo estaban hace un año (al 67,17, con 5.105 hectómetros) y también en niveles superiores a los del promedio de los últimos diez años (60,33 por ciento, con 4.585).
En el conjunto de Castilla y León –donde además del Duero también se adentran por sus extremos las cuencas del Miño-Sil, Ebro y Tajo– los embalses almacenan casi 6.000 hectómetros cúbicos (5.985), situándose al 71,38 por ciento de sus posibilidades, también en niveles superiores tanto respecto a justo doce meses atrás como al promedio del decenio previo.
Un periodo en el que se alternan años de sequía con los de abundancia. De hecho, aunque el registro actual es elevado y supone que de cara a la primavera –en teoría, una de las épocas de mayores aportaciones hídricas– estén casi a tres cuartas partes, no es el valor más elevado de los últimos años. Sí el más alto desde que en 2021 a estas alturas rozaban los 5.600 hectómetros (74,4 por ciento) y en 2020 acumulaban 5.547. En los últimos diez años, también en 2016 se situaban por encima (5.857). El resto, por debajo. Incluso a menos de la mitad que ahora. 2018 arroja el panorama más seco. Apenas estaban a un tercio de sus posibilidades con 2.740 hectómetros cúbicos entre todos los del Duero. Todo su líquido casi cabía el de Almendra –de gestión privada, entre las provincias de Salamanca y Zamora–, el de menor capacidad de los que salpican la cuenca del Duero.