Dos acusados niegan la versión del autor confeso del crimen de León: «Sacó el arma y disparó»

E.C.C., junto a H.C.V., A.M.A. y J.L.J., se sientan desde ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de León, donde un jurado popular juzgará hasta el jueves la implicación o no de cada uno de ellos en la muerte por disparo de Dawry Vilorio. La Fiscalía pide para cada uno de los cuatro acusados una pena de 14 años de prisión, informa Ical.

E.C.C. respondió a preguntas de todas las partes, en las que aseguró que se llevaron «unos 40.000 euros y aparatos electrónicos» de su casa. Cuando los ladrones huyeron y E.C.C. y H.C.V. consiguieron soltarse, el primero de ellos sospechó de Dawry, «porque sabía que tenía una gran cantidad de dinero en una caja fuerte en casa». Tras ello, según explicó, llamó a A.M.A. y J.L.J. porque «parte del dinero robado era de ellos» e intentó buscar «desesperado» al ahora fallecido «para darle un escarmiento y ver si podía recuperar las cosas».

Los acusados y el fallecido se trasladaron en el coche de H.C.V. a un lugar «apartado» y E.C.C. quiso dejar claro que él «en ningún momento llevaba un arma». En un forcejeo entre Dawry y E.C.C, según su versión, el segundo descubrió que el primero llevaba una pistola que «le logró quitar pero que se disparó en el momento en el que la tenía en la mano».

El segundo en hacer uso de la palabra fue H.C.V., que explicó que la tarde del robo había acordado con su amigo «ir a dar caña y golpear a Dawry para que diera un dinero, pero no a matarle». Sobre el dueño de la pistola, señaló que era del fallecido aunque vio que E.C.C. la tenía en la mano tras escuchar un disparo mientras regresaba al coche. «Le dije que si sabía lo que había hecho y él me dijo que eso estaba bien hecho».

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A.M.A. relató que el día de los hechos el vehículo se dirigió al descampado, algo que le resultó «extraño» aunque no dijera nada. Al llegar, todos bajaron del coche y E.C.C. se dirigió a él y, al hacer un gesto, «se le vio el arma que llevaba debajo de la camiseta». E.C.C. «hizo una llamada telefónica en la que dijo 'aquí se acabó mi carrera, hasta aquí llegué yo' y después efectuó dos disparos sobre el fallecido», con quien «no tuvo ningún forcejeo».

El último de los acusados, J.L.J. se mostró conforme con el relato ofrecido por su antecesor al detallar que vio a E.C.C. «sacar una pistola y encañonar a Dawry, hacer una llamada y hacerle dos disparos».