Ponferrada (León) dio acogida a la devoción y al fervor de la Semana Santa en el marco monumental de su castillo templario. La fortaleza fue el escenario del tradicional Vía Crucis Penitencial que tiene carácter único, porque se celebra dentro de un castillo, y ... donde una imagen de pequeño tamaño de Jesús Crucificado, llamada Cristo de las Maravillas, se mueve a lo largo de las murallas, conforme se van leyendo las catorce estaciones del Vía Crucis.
Esta escultura es la réplica de otra que custodia la Basílica de la Encina, de finales del siglo XIII o principios del XIV, y que, según la tradición, fue venerada por los caballeros templarios e, incluso, el conde de Lemos en el propio castillo.
De ahí que también sea conocida como 'Cristo de la Fortaleza'. Al finalizar el Vía Crucis, la pequeña talla se pone frente al Cristo de la Esperanza, de mayor hechura, y que sale en solemne procesión desde el castillo hasta la cercana iglesia de San Andrés, a la que entra después de la interpretación de la canción «La muerte no es el final».
Más allá del sentimiento religioso, el marco monumental propicia imágenes espectaculares, de enorme atractivo visual, a las que ayuda la utilización de velas y antorchas que alumbran murallas y almenas del Castillo.
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