VÍA PULCHRITUDINIS
Abrigarse
«No aguantamos nada, somos unos pusilánimes del frío y del calor»
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la convención del PSOE en La Coruña
Sales a la calle y la gente parece recién llegada de una expedición de Amudsen. A las calles ya no les valen los soportales ni a nosotros la prudencia de recogerse en casa. Hay que salir vestidos de expedicionarios antárticos con abrigos y gorros, bufandas ... y verdugos capaces de aguantar no sé cuántos miles de litros de agua en columna como dicen los vendedores de El Corte Inglés.
La camiseta interior modelo Urtain y los chaquetones han pasado a mejor vida. No vale cualquier abrigo, todos tienen que llevar impresa una marca capaz de ahuyentar al frío, convencer al vecino de que nosotros nunca tiritaremos y que, incluso, seríamos capaces de cocer un huevo con nuestros guantes calefactados. Ahora que el cambio climático amenaza con subir la temperatura deberíamos plantearnos si será más grave que no tengamos agua para beber o qué vamos a hacer con todo lo que hemos comprado para viajar al Ártico.
El siglo nos ha convertido en frioleros impenitentes que, a su vez, reaccionan con la muerte ante una de esas olas de calor que ya se extienden desde abril hasta noviembre. El mundo se congela o se achicharra cuando la cosa no está entre 18 y 22 grados. Para el resto de temperaturas tenemos recursos ingentes en nuestros guardarropas y si no son suficientes se hace venir a la UME. No aguantamos nada, somos unos pusilánimes del frío y del calor.
El otro día la vicepresidenta Montero llamó calvo al popular Miguel Tellado y se ha vuelto a montar la de San Quintín. No es que Tellado no sea calvo ni que la vicepresidenta no sea una demagoga, es que en breve atenderemos a que tamaña ofensa será judicializada y ya saben ustedes cómo acaban esas cosas en este país, a Tellado le cortarán la cabeza para que deje de ser calvo.
¿Se imaginan la ropa de abrigo que tienen que usar la socialista y el popular? Seguro que aunque llueva a cántaros ninguno de los dos se moja. Es lo que tiene la ropa de invierno de ahora, te protege de todo aunque no haya de qué protegerse. Estoy seguro que esa misma idea es la que ha comprado la clase política porque aunque no haga frío ellos te protegen hasta asfixiarte. Si no tienes un problema ellos te buscan uno para que puedas ponerte el abrigo de plumas y enseñárselo a los vecinos.