Los cuatro aeropuertos de Castilla y León se quedan con tres rutas regulares

Quizá a esa época estival haya que esperar para que las terminales regionales recuperan actividad, después de que Ryanair haya anunciado que deja Valladolid a finales de marzo. Las cuatro bases se quedarán así con tres rutas regulares y dieciséis vuelos a la semana (entre idas y vueltas).

El récord de pasajeros que volaron desde la región llegó allá por 2007, cuando las pistas de Valladolid, Salamanca y León notaron el incremento gracias al arreón de viajes como los que comenzó a ofertar la aerolínea irlandesa en el aeropuerto vallisoletano de Villanubla a Londres o a Bruselas.

También al importante repunte de destinos nacionales que recibió entonces León, gracias a los destinos que ofrecían aerolíneas como Air Nostrum o Lagun Air, que apostó también por el salmantino de Matacán para volar a Barcelona, Madrid o Málaga. A partir de 2008 el aeródromo de Burgos se sumó a los viajes comerciales y llegó a ser enlace con la Ciudad Condal y con Mallorca.

Eran tiempos en los que el Gobierno autonómico y algunas administraciones locales apoyaban a las compañías como palanca de promoción turística de cara al exterior, pero también al viajero patrio. Algunas siguen aún haciéndolo. Llegaron las vacas flacas y los efectos de la crisis económica, y los poderes públicos cerraron el grifo. En 2013 Ryanair dijo adiós a las conexiones internacionales con las que había cosechado éxito desde Villanubla y más tarde, en 2015, el acuerdo finalizó con Air Nostrum, y los vuelos cayeron en picado. Les tocó a las empresas 'volar solas', buscarse las castañas sin ayuda económica y las salidas y llegadas se limitaron a los destinos mínimamente rentables. Los viajeros entonces pasaron a ser la mitad que en los años de bonanza.

A día de hoy en las pistas de aterrizaje castellano y leoneses apenas quedan aviones -las personas que pasaron por las terminales en 2024 bajaron a 276.000, con descensos en todas ellas- y las operaciones regulares se limitarán a partir del próximo marzo a tres destinos después de que la compañía irlandesa de bajo coste Ryanair haya anunciado que eliminará el trayecto que mantenía en Valladolid con Barcelona con tres frecuencias semanales. Tampoco ofertará los viajes que tenía previstos a Mallorca de marzo a octubre.

El argumento de la empresa, que también clausurará todas sus operaciones en Jerez y las reducirá con ciudades como Zaragoza, son «las excesivas tasas y la falta de efectividad de los 'planes de incentivos' para los aeropuertos regionales» anunciados por el Gobierno central.

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Unas afirmaciones que han desatado la guerra con el gestor aeroportuario Aena, dependiente del Ministerio de Transportes, que ha llegado a acusar a la aerolínea de, «con una retórica grandilocuente», tener «la pretensión» de «utilizar buena parte de los aeropuertos españoles gratis». Es más, llegó a calificar su «lamentablemente famosa estrategia empresarial y comunicativa mendaz, agresiva y amenazante» como «un chantaje a Aena, a los territorios y, en última instancia, a la ciudadanía española».

Por lo pronto, una de los más afectados por la decisión de Ryanair será la terminal de Valladolid, que perderá los tres vuelos semanales que operaba regularmente a Barcelona y verá caer una actividad que en 2007 llegó a superar el medio millón de pasajeros y que ha descendido a 192.000 en el pasado año.

Se acabará así una relación que comenzó en 2003, cuando arrancó el vuelo low-cost a Londres con dos frecuencias semanales, al que siguieron otros internacionales con destino Bruselas -con hasta cuatro vuelos a la semana-, Milán o París. Se amplío después el mapa de rutas nacionales con Málaga, Lanzarote, Palma de Mallorca, Sevilla o Alicante.

Pero todo comenzó a hacer aguas en 2013, cuando el convenio con la Junta no se renovó y Ryanair decidió echar el cierre a los trayectos fuera de las fronteras españolas, dejando así a la región sin unos vuelos internacionales regulares que nunca llegó a recuperar. Tras ellos, cayeron la mayor parte de los destinos nacionales hasta quedar únicamente en la conexión con Barcelona que dirá adiós en marzo. Una ruta que habían cubierto otras compañías como Vueling o Air Nostrum y que también dejaron de ofertarla.

Todo ello teniendo en cuenta que fue la propia firma irlandesa la que anunció a principios de 2024 que contaba con las pistas vallisoletanas en su estrategia para crecer en los próximos años y que el ministro de Transportes, Óscar Puente, apostaba por la vuelta de los trayectos internacionales a Villanubla.

Así las cosas, el aeropuerto vallisoletano, en el que también llegaron a trabajar pequeñas compañías como Lagun Air u Orbest, se quedará a partir de marzo tan solo con Gran Canaria en la pantalla de salidas y llegadas gracias a dos vuelos semanales que aún mantiene regularmente Binter.

Será la terminal leonesa de La Virgen del Camino, que llegó a alcanzar la cifra récord 161.000 viajeros en 2007 -el pasado año fueron 62.115-, la que se quede con el mayor número de salidas desde unas pistas que fueron ampliadas con una inversión de quince millones de euros hace justo veinticinco años por el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con la intención de que saliesen aviones hacia «media Europa».

En concreto y de la mano de Air Nostrum, León tendrá hasta marzo cinco frecuencias semanales a Barcelona -después podría cambiar el número- y volará cada jueves a Palma de Mallorca. Además, durante los meses de enero y febrero cuenta con conexión con Oporto.

Por su parte, el aeropuerto de Matacán de Salamanca mantiene algún vuelo puntual, pero sus destinos regulares son cero desde hace una década, después de haber tenido conexiones estables con Barcelona e incluso París durante un tiempo. Lo mismo ocurre con el de Villafría, en Burgos, que arrancó su experiencia comercial en 2008 y ahora conserva su actividad como escuela de vuelo, pero sin destinos.

Cabe recordar que en el plan director inicial elaborado para este aeródromo por el Gobierno nacional para su puesta en marcha y antes de su inauguración como base comercial se estimaba que podría acoger destinos internacionales como París, Londres o Frankfut y que tendría una demanda que alcanzaría los 122.000 pasajeros en 2015. Su récord lo alcanzó en 2011, con 35.000.