La lluvia aguaba la procesión, pero no la devoción que un año más han vuelto a demostrar en Caboalles de Abajo (León) con motivo de una de sus procesiones de Semana Santa más emblemáticas y queridas, la del Cristo de los Mineros. Los trabajadores del carbón trasladaban a hombros la imagen, pero el agua hacía volver sobre sus pasos. Lo mismo que a la Virgen Dolorosa.
La procesión se trasladaba así este Viernes Santo a la vieja iglesia de Santa María, donde el Cristo de los Mineros y la Virgen Dolorosa, con manto negro y portada por mujeres, se encontraban en el pasillo del templo.
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