El 'covid de las vacas' eleva en 3.000 las muertes en la cabaña de bovino

Salamanca acapara el 76% del exceso de mortalidad, seguida por Zamora y Ávila

Enfermedad Hemorrágica Epizoótica: Los ganaderos ven la «puntilla» al sector

Los datos de mortalidad se han disparado este año en la cabaña bovina ABC

Valladolid

09/10/2023 a las 08:30h.

«Desesperante». Así definen la «situación dramática» los ganaderos de vacuno, que no logran levantar cabeza. El último mal llegado a las explotaciones, la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), el conocido en el sector como el «covid de las vacas», se resiste a marcharse ... y sigue rodeado de muchas incógnitas y una «falta de información» que con «impotencia» continúan denunciando. Y, mientras, los contagios provocados por el mosquito culicoides avanzan captando víctimas.

Desde que Juan Luis trató allá por el 16 de agosto a la primera, «el goteo ha sido constante». Lo dice justo mientras se dirige por el campo a aplicar el tratamiento que «no siempre» funciona «sobre la dichosa enfermedad» a las numerosas reses con síntomas que siguen cayendo. «Es el peor momento que recordamos», afirma. El ritmo para atender a su ganado en extensivo en la provincia de Salamanca «no te deja» que se salten las lágrimas, aunque «me ha llorado gente», apunta. Es el caso de un amigo, dice, que tenía cien animales, ya ha visto morir diez -entre ellos, tres sementales-, cómo otras tantas perdían la cría, que los contagios vuelven otra vez cuando ya creía pasado el virus y adquirida la inmunización...

Un toro, dos vacas y tres terneros fallecidos, dos más «que están a punto de morir», otra que este viernes presentaba ya «muy mala pinta», dos abortos, embarazos frustrados que «no sé cuantificar»... Enumera Juan Luis de su parte de daños. Y es que, aunque a falta de análisis de los cadáveres que certifiquen la causa del deceso, lo cierto es que los datos de mortalidad se han disparado este año en la cabaña bovina tras la detección, a principios de agosto, del primer caso de EHE en Castilla y León, en concreto en la comarca salmantina de Ledesma. Casi 3.000 más en comparación con el mismo periodo del año anterior. Si hasta el 3 de octubre de 2022, el número de cabezas muertas en el conjunto de la Comunidad se situaba en 14.211, a la misma fecha de este 2023 se eleva a 17.173. Son ya más del doble que apenas un mes antes, pues a cierre de agosto eran una 7.500. Un incremento por encima del 20 por ciento, según los datos de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural en base a las muertes oficialmente declaradas en el cabaña bovina. Aunque las cifras «no acreditan», reconocen desde el departamento de Gerardo Dueñas, que se deban expresamente a la EHE ya que «no se han analizado» los cadáveres, la realidad es que sí proceden de explotaciones afectadas por este virus y por la sintomatología mostrada antes de perecer.

Casi la mitad de las reses fallecidas, en Salamanca, con cerca de 6.900 contabilizadas, el 40% de todas las registradas en Castilla y León. Son un 48% más que en 2022 y representan tres de cada cuatro fallecimientos a mayores en lo que va de año. Con más de 600.000 cabezas, Salamanca es la provincia con más ganado bovino de España, cerca del 10% del total y la que más tiene, con diferencia en la Comunidad, donde se rozan el 1,5 millones.

En campo charro es donde Juan Luis tiene sus animales repartidos en varias fincas de diferentes localidades. Casi dos meses después del primer caso, aún no se explica cómo en unas las infecciones no paran y, sin embargo, en otras se han mantenido más o menos a salvo. La peor parte, una de su mujer, en la que «el cien por cien» se han visto afectadas, aunque con síntomas «muy distintos» unas de otras: fiebre, inapetencia, úlceras por diferentes partes del cuerpo, ubres que quedan tan dañadas que las vacas tienen que se enviadas al matadero... «Cada vaca que muere son 2.000 euros» y si es un semental «hasta 5.000 euros», cifra Juan Luis, quien añade los costes de tratamientos, manejo, alimento suplementario que tienen que administrar para que los animales sigan ingiriendo cuando no tienen ni ganas -una de las suyas estuvo hasta «diez días» sin probar bocado-. «Se vive mal. Trabajando y perdiendo dinero», resume y denuncia la falta de apoyo de las administraciones. «Se ríen de nosotros». «Lo que no sé es cómo aguantamos...», señala con pesar.

Salamanca no es la única provincia con casos en Castilla y León. De hecho, según la última actualización del Ministerio de Agricultura, únicamente Burgos y Palencia se libran de focos -así considerada una unidad veterinaria con al menos un positivo, independientemente del número de casos- de la EHE, que ya afecta a todas las comunidades.

Ávila y Zamora son las otras dos provincias con más casos y también las que presentan una mortalidad más elevada. Superan las 2.800 el territorio abulense, 725 más que un año antes, lo que supone un aumento del 34 por ciento. En tierras zamoranas, algo más de 2.000 cabezas de bovino ya han perecido, 337 a mayores y un incremento de casi el 20%. Segovia es la otra provincia donde las cifras son superiores, aunque en menor medida: 75 más, hasta las 1.588. En el resto, descensos en comparación con las primeras 35 semanas del ejercicio anterior.