Cierra el centro de ayuda humanitaria de Villaquilambre (León) tras acoger a más de 450 solicitantes de asilo subsaharianos
Un total de 78 personas han formalizado contratos laborales en la provincia leonesa y 271 han visto aceptadas sus solicitudes de protección internacional
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León
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Iniciar sesiónCierra uno de los centros de ayuda humanitaria que gestionan solicitudes de asilo de los inmigrantes llegados a España. En concreto, se clausura este sábado 31 de mayo el localizado en el término municipal de Villaquilambre, en la periferia de la ciudad de León, ... perteneciente al Programa de Protección Internacional de San Juan de Dios y situado en el antiguo chalé del Pozo de Villarrodrigo de las Regueras. El centro ha estado en funcionamiento desde el 21 de junio de 2024 y en este tiempo ha acogido a un total de 455 subsaharianos solicitantes de asilo procedentes de trece nacionalidades diferentes: Mali, Senegal, Marruecos, Ghana, Gambia, Costa de Marfil, Guinea Conakry, Guinea Bissau, República Centroafricana, Burkina Faso, Mauritania, Nigeria y Camerún.
Con motivo del cierre, una rueda de prensa ha dado voz a historias como la de Carime Cisse, un joven de 22 años procedente de Mali que ha residido durante siete meses en El Pozo. Aterrizó en Madrid tras huir de su país, «donde la guerra y todas las cosas malas hacían que no se estuviera bien en ningún sitio».
Carime llegó a León sin saber hablar español, pero lo ha aprendido «poco a poco» gracias a los trabajadores del centro de ayuda humanitaria que también le han ayudado a encontrar trabajo. Hoy, Cisse trabaja hoy como fontanero en la empresa Goncelis de Villaquilambre, donde ha reconocido que «se siente bien», recoge la agencia Ical.
El maliense recuerda su cariño su estancia en El Pozo, donde «los trabajadores son muy buena gente y tratan muy bien a las personas», así como el recibimiento de la sociedad en general, convencido de que «la sociedad y la ciudad de León le trata bien y con mucho respeto». Esto ha hecho que «nada haya sido difícil en la nueva vida en León», donde tiene claro que quiere quedarse a vivir. «Me gustan muchas cosas de aquí, pero lo más importante es que me gusta mi trabajo», cuenta.
El director gerente de San Juan de Dios León, Juan Francisco Seco, y la coordinadora del Programa de Protección Internacional, Dolores Queiro, han querido este viernes hacer un balance de la actividad desarrollada durante los últimos once meses.
Tras «casi un año de intensa e inolvidable labor en el centro de ayuda humanitaria abierto el 21 de junio ante la emergencia humanitaria provocada por la crisis migratoria en las islas Canarias», ha contextualizado Queiro, han intentado siempre abrazar el «compromiso de garantizar una vida digna y humana». De entre las 445 personas acompañadas, en su mayoría estas han sido jóvenes de entre 18 y 35 años, ha puntualizado, de trece nacionalidades diferentes de África Subsahariana.
Asilo y estabilidad
De todos ellos, 271 personas han recibido una resolución positiva a su solicitud de asilo, lo que supone «un avance en su proceso de regularización y estabilidad jurídica», ha celebrado. También el área laboral del centro llevó a cabo una «importante labor» de prospección con 80 empresas implicadas y con una treintena de ellas se han formalizado 78 contratos laborales, en León ciudad y provincia. Entre estas se encuentran el Grupo Landazuri, Milsa Trillos, el restaurante Valderas, Limpieza Limecor, GraMaLeón y Talatros.
Un equipo multidisciplinar conformado por 39 personas, como integradores sociales, trabajadores sociales, docentes, un abogado, una psicóloga y personal de administración y orientación laboral han acompañado durante estos once meses a los usuarios, que han recibido 486 horas de clases de español.
El Pozo ha colaborado en estos trece meses con 13 organizaciones y entidades de la provincia, al tiempo que ha llevado a cabo 271 actividades complementarias con la intención fomentar el conocimiento y la inserción e la sociedad de acogida, así como crear redes de apoyo en la misma. Además, 230 personas participaron en 21 formaciones complementarias y, entre octubre del pasado año y mayo del actual, 35 personas salieron del centro y encontraron una vivienda, quienes «tienen una convivencia positiva, mantienen su empleo y cumplen con sus responsabilidades económicas y personales de forma satisfactorias».
«El Pozo nació como un dispositivo de carácter temporal, de unos dos o tres meses, pero finalmente ha tenido casi un año de actividad, en el que ha acogido y acompañado a 455 subsaharianos solicitantes asilo de la mano de un equipo de trabajo dedicación y esfuerzo que han logrado, con éxito, su integración en la sociedad leonesa», ha trasladado el director gerente de San Juan de Dios León, Juan Francisco Seco.
Para Seco, «a pesar de las dificultades en el principio y las opiniones contrarias que existieron», se ha logrado «sacar adelante con éxito la iniciativa, acogiendo personas con hospitalidad y logrando resultados que han superado las expectativas». En esta línea, ha alabado el «ejemplo de la ciudadanía leonesa» y apuntó que, «si su solidaridad se hubiera replicado en el resto del territorio nacional, la situación de Canarias no se hubiera producido».
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Con una «sensación agridulce» por el cierre del centro de ayuda humanitaria, ha mostrado su alegría porque «la situación de emergencia ha finalizado» y porque, durante once meses, «se ha brindado una nueva oportunidad de vida a centenares de personas». Por este motivo, ha querido dejar claro que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones «sabe que San Juan de Dios León está abierto a cualquier necesidad que pudiera suceder en el futuro», ya que «los flujos migratorios y la situación de España y Europa de los próximos años es estructural».
Finalmente, el alcalde Villaquilambre, Jorge Pérez, se ha mostrado consciente del «mucho ruido» que hubo respecto a la apertura del centro, con afirmaciones que «eran totalmente falsas e inciertas y que no representaban a la sociedad leonesa en general ni a la de Villaquilambre en particular». Por ello, se ha dicho «orgulloso» del comportamiento real de la sociedad de Villaquilambre, que «se volcó con el centro con donaciones y aportando su tiempo en intentar aportar y colaborar en lo que pudieran con quienes solicitaban asilo».
«Se ha demostrado que era totalmente falso el concepto que se quería introducir de la inmigración y no ha habido ni un solo altercado durante este año, lo que demuestra que tenemos que estar para contribuir a que quienes quieren buscarse la vida en nuestro país tengan las mejores condiciones para iniciar una nueva vida», ha defendido.
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