El 'ciberbullying' se duplica y es ya el primer tipo de acoso escolar en Castilla y León

Todo lo contrario que lo que sucedió con los de acoso en los que no intervino el componente tecnológico. La docencia a distancia hizo disminuir los registros. Educación contabilizó entonces 20 casos, mientras que el curso inmediatamente anterior fueron 54. Una vez que se produjo la vuelta a las aulas, la cifra disminuyó hasta 47 y en el curso pasado se detectaron 64. El informe de la convivencia escolar incluye, además, los supuestos de posible acoso, que en el pasado periodo lectivo fueron 411 y en el anterior, 336.

Por provincias, donde más han crecido los ataques a través de las redes u otros medios tecnológicos en el último curso fue en Burgos, que ha pasado de 7 a 18 casos, seguida de Palencia, de 7 a 13. Tan solo en dos territorios descienden: en Salamanca, de 14 a 3, y en León, de 14 a 12. Son Soria, con dos registros, y Zamora, con uno, las que tienen las cifras más bajas.

En cuanto al acoso presencial, Burgos y León tienen las peores estadísticas con 17 confirmados cada una, mientras que en Zamora no se ha contabilizado ninguno. En Palencia, Salamanca y Soria los datos descienden mientras que en el resto crecen.

Por etapas educativas, es en Educación Secundaria donde se concentra el mayor número. Así, en el ciclo 2021-2022 se anotaron 57 de 'ciberbullying' -diez más que en el curso anterior- y 33 de acoso presencial confirmado -tres más que en el 2020-2021-. En cuanto a la diferenciación por sexos, son los niños los que sufren más este tipo de situaciones, con el 82,81 por ciento en el acoso presencial. Un porcentaje que se iguala en las cifras relativas a los insultos o amenazas en el entorno digital, donde las estudiantes son víctimas en un 44 por ciento de las ocasiones.

En total, el 0,04 por ciento del alumnado vivió este problema el curso pasado, y un 0,03 en el anterior, recoge el documento, que explica que una vez que se confirma un caso de acoso se pone en marcha el protocolo de actuación para atajarlo. Una de las medidas que se activó hace tiempo de la mano del Colegio de Psicólogos es el programa de apoyo que incluye tratamientos para el alumnado afectado por acoso o por situaciones de especial gravedad. En 32 ocasiones se recurrió a este apoyo el curso pasado -41 en el anterior-, con 16 'llamadas de auxilio' por acoso.

Los centros comunican además para elaborar el informe sobre convivencia las incidencias que han tenido a lo largo del curso considerando como tal el número de veces en las que un alumno ha tenido un comportamiento que va contra las normas del centro. En total, 686 colegios o institutos han registrado incidencias, dos menos que el curso anterior, cuando disminuyeron un 4 por ciento en comparación con el curso prepandemia (2018-2019). Lo que sí ha aumentado es el número de estudiantes que protagoniza esos incidentes que 'rompen' la calma en las aulas. Así, los alumnos que presentaron comportamientos que, por la frecuencia con la que aparecen o por su gravedad, difieren de lo marcado en las normas para mantener la convivencia fueron casi 11.000 -el 3,24 por ciento del total, con una proporción de siete varones por cada tres mujeres- el curso pasado y 10.036 en el anterior. Hay quienes reinciden en estas conductas. En concreto, fueron 3.645 -1,07 por ciento del total- en el ciclo 2021-2022, una cifra superior también al precedente, y los hay que repiten en varias ocasiones, como los 1.738 del curso pasado.

Las incidencias más numerosas -seis de cada diez- son aquellas que suponen una interrupción de las clases, seguidas de lejos por aquellas que están vinculadas a la relación del profesor y el alumno -casi el 16 por ciento- y los conflictos entre alumnos, apartado en el que no se incluyen los casos de acoso, con un 14,28 por ciento. Dentro de las denominadas incidencias específicas, las que están vinculadas a aspectos físicos, madurativos o relacionales suponen un 1,74 por ciento, las derivadas del origen o la cultura, un 0,47, y las que tienen que ver con el sexo o la identidad sexual, un 0,34 por ciento. Los expedientes académicos abiertos fueron 737, un 6,7 por ciento respecto a los alumnos que habían estado implicado en incidentes, mientras que los procedimientos de acuerdo abreviado, en los que se reconocen las faltas y se asumen las sanciones, fueron casi 1.600.

Desde Educación destacan que se opta cada vez más por las actuaciones dirigidas a reparar el daño causado -casi el 30 por ciento- más que a la sanción pura, que ha ido disminuyendo. Son, sin embargo, aún más numerosas. Las que más, aquellas que suponen la no asistencia a clase por un periodo no superior a cinco días.

Para apoyar a los profesores, alumnos y otro personal docente que haya sido víctima de cualquier tipo de violencia en el entorno educativo, la Junta puso en marcha un servicio de asistencia jurídica. En este aspecto, son las solicitudes en las que no se desea iniciar actuaciones legales las que tienen una cifra más elevada, con 20 casos, seguidos de los 5, todos ellos de profesores, en los que sí se solicita asistencia letrada para juicio.